miércoles, 23 de abril de 2014

Entre los ocho


Memorable. Bolívar es el primer clasificado a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Anoche, empató con el León, de México, por 1 a 1, resultado que le permite colarse entre los ocho mejores equipos, gracias al 2 a 2 del partido de ida en Guanajuato. La Academia logró acceder a los cuartos de final después de 20 años, y de manera inédita en esta nueva modalidad de la Libertadores.

Como sucedió en el encuentro por la fase de grupos, el León se colocó adelante en el marcador con el gol convertido por Franco Arizala a sólo cuatro minutos del silbatazo inicial con un golpe de cabeza ante un centro de Fernando Navarro tras darle continuidad a una acción ofensiva.

El planteamiento del entrenador de la visita, estuvo bien encaminada durante los primero pasajes. Apostó un sistema ofensivo (4-4-3). Tres delanteros para evitar las subidas y sorpresas de los laterales celestes. Esta estrategia que tuvo su efecto en los primeros minutos, porque la Academia no encontró salida.

La diferencia estuvo en que los mexicanos no aprendieron de sus errores. Cuentan con jugadores de gran calidad técnica, pero sin actitud. No pudieron rentabilizar la tempranera ventaja que habían conseguido, mostrando un juego apático, sin intensidad y velocidad, como si diesen la sensación que carecen de compromiso o que jugarán con otra premisa, por ejemplo, buscar por medio de la derrota y la eliminación, la salida del técnico uruguayo Gustavo Matosas. Si así fuere, es penoso como estos hombres que representan a una institución como el León juegan con los intereses económicos y futbolísticos de su club, que les paga por jugar al fútbol. Es más, les paga para que ganen.

Aunque la transición de defensa a ataque de Bolívar, arma principal, era imprecisa e insegura; sus jugadores entregaron balones al adversario, pero estos nunca supieron aprovechar estas licencias. Luego de caminar por la sombra el local comenzó a hilvanar su juego con más exactitud y entrega para hacer brotar las oportunidades de igualar la cuenta.

Juan Carlos Arce fue la punta de lanza en la ofensiva. Su habilidad con el balón para encarar a los defensas verdes, abrió el camino hacia el empate. La franja derecha siempre fue una vía libre. El cruceño persistió en su ataque por la derecha para enviar un centro que fue peinado por William Ferreira dejando el balón en el segundo palo donde Ronald Eguino remató y la pelota se escurrió de las manos de William Yarbrough antes de ingresar al arco a los 36´.

Esta paridad en el marcador (1-1) dejaba esta llave abierta, porque con una victoria cualquiera de los dos ingresaba a la próxima instancia y con esa idea los protagonistas afrontaron el complemento con un nuevo choque con igualdad de fuerzas.

Sin embargo, el equipo mexicano nunca demostró en cancha convicción para buscar la clasificación. En la segunda etapa, equipo de Tembladerani jugó con menos velocidad, tuvo la opción de marcar el segundo tanto, pero la falta de seguridad y cansancio comenzó a pasar factura. La desesperación y la lentitud en el fútbol colocaban a Bolívar bajo riesgo.

El equipo mexicano dejó a un lado la presión, perdió el carácter ofensivo y su imagen dentro del terreno ya no intimidaba, era un equipo romo, obtuso, con una postura displicente e insensible. Tampoco se animó a disparar y ya estaba rendido. Parecían bandidos buenos, porque estos mostraban el arma, pero nunca disparaban. El final del partido, literalmente, y la clasificación a los cuartos de final para Bolívar, llegó tras la expulsión Rafael Márquez, a los 77´, por una brusca falta contra Erwin Saavedra.

El rival de Bolívar en los cuartos de final, a jugarse el 7 y 14 de mayo, será el ganador de la llave entre Santos Laguna, de México, y Lanús, de Argentina, que jugarán hoy en la ciudad mexicana de Torreón. En la ida los argentinos se impusieron 2-1.

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