Está más de 20 días en La Paz, ¿ya se aclimató?
Sí. Soy de un lugar cálido, pero estoy acostumbrado al frío porque vengo de Quito, donde también es parecido a La Paz. No soy muy amigo de este clima, pero estoy tranquilo porque estas cosas no matan. Jugué en ciudades con altitud.
Después de casi tres semanas, ¿qué impresión tiene de Bolívar?
No me van a creer, pero de todos los países en los que estuve, este es el club que más me impresionó. Me llamó la atención por el profesionalismo y la organización. Hay cosas que nunca había visto y que aquí se brinda.
¿Qué cosas?
Todo. Tiene todo organizado en el ámbito nutricionista, doctores, la alimentación de los jugadores, suplementos después de los entrenamientos. Cosas que cualquier jugador del mundo quedaría impresionado. No me esperaba esto en Bolivia. Estoy muy impresionado con Bolívar, creo que esta es una cualidad que deberían tener todos los clubes. Este plantel tiene jugadores experimentados y jóvenes, y estos beneficios nos ayudarán a todos.
¿El equipo está en condiciones para llegar a lo más alto en la Libertadores?
Bolívar demostró algo que ya pasó en Ecuador con la Liga de Quito, y es que no solo los equipos grandes de Brasil y de Argentina pueden ganar títulos internacionales. Todo es cuestión mental. Se llegó hasta acá por el grandioso grupo que hay. Yo tengo mucha ilusión, ya viví este tipo de instancias. Todo el mundo está concentrado y eso es clave para conseguir algo grande.
¿La gente se puede ilusionar?
La gente ya está ilusionada. No-sotros no queremos que esa ilusión acabe. Queremos que se termine viendo al equipo campeón.
¿Se sienten presionados?
Para uno que tiene un recorrido es más difícil. Sabemos que el peso caerá en los más experimentados. Para mí es difícil, pero es un reto porque es bueno que las personas tengan retos. Es bueno tener presión porque eso te lleva a una etapa más de concentración, a conseguir cosas. La presión existirá siempre, en un partido de la final de la Copa y en un amistoso, porque representas a muchas cosas, a un equipo, a una ciudad, a un país. Yo creo que un jugador sin presión es un jugador sin sangre.
¿El público le hace sentir esa presión en las calles?
La gente me reconoce por las calles. Me dicen: “Carlos, queremos que te sientas bien”. Es muy cariñosa. La presión es de uno. No quiero ser la figura del equipo, yo quiero que todas las cosas que se consigan sean grupales. No quiero ser goleador, pero quiero ser campeón, que es algo que será recordado por el resto de mi vida.
El equipo está a un paso de conseguir el logro más grande para el fútbol boliviano, a nivel de clubes…
Eso es importante. El fútbol tiene que tener retos. Los que viven del pasado visitan los museos. Tenemos que conseguir logros ahora. El ser humano tiene que pensar en marcar historia día a día. Bolívar tiene un partido el miércoles y hay que hacer historia.
¿Ser campeón, ese fue su gran reto para vestir la casaca de Bolívar?
El tema pasa más por eso, soy un agradecido a Dios, mi esposa, mis padres y mis hijos. Ese apoyo fue importante para conseguir mis logros. Tengo un reto en Bolívar, que no pasa por el dinero. No vine acá por eso. Para mí ganar la Copa Libertadores con Bolívar significa mucho más que lo económica. Sería importantísimo para mí, sería lindo aportar para conseguir ese logro.
¿Jugará en el puesto de Ferreira, ¿ese es otro reto?
Vi varios partidos de Bolívar y creo que desde que comenzó la primera etapa estaba para cosas grandes. Ferreira fue uno de los grandes responsables de eso, hizo la diferencia, pero no solamente él porque sin el apoyo de sus compañeros no hubiese logrado lo que logró.
Ferreira será recordado por siempre por lo que hizo, pero él ya no está acá. El lugar de Ferreira estará ahí. Cada jugador tiene que hacerse su espacio. Yo puedo hacer cosas mejores que Ferreira o menos que él, pero eso no me quitará mis condiciones.
¿A qué jugadores bolivianos conoce?
Julio César Baldivieso es mi amigo, porque jugamos juntos en Arabia. Después, conozco a Marco Etcheverry, era uno de mis ídolos, era uno de mis referentes. Conocí también a Limberg Gutiérrez, Joaquín Botero y Juan C. Arce, que estuvo por Catar.
En Ecuador aseguran que usted conformaba una buena dupla con Wila, ¿le hubiese gustado jugar con él en Bolívar?
Claro. Armando Wila, de 28 años, es un gran chico, mi compadre. Jugamos juntos en la selección de mi país. Hicimos una gran dupla.
¿Pudo suceder?
Sí, exactamente. Tenía que venir conmigo. No sucedió por problemas personales con los dueños de su carta de actuación. Son cosas que se dan. Las cosas pasan en la vida porque tienen que pasar y tenemos que aceptarlas de esta forma. Yo hice todo para que venga acá.
¿Qué piensa del trabajo dirigencial en la academia?
Es espectacular. Conversé muy poco con Marcelo Claure, tenemos que recalcar el esfuerzo que hace, es una persona que cambiará mucho a Bolívar y al fútbol boliviano. Este país tiene mucho para crecer y necesitaba un hombre como él para cambiar. El club está bien encaminado.
Tiene 35 años, ¿aún hay Tenorio para rato?
Dejaré que las cosas fluyan. Soy un jugador que llevo mi vida profesional correctamente. La gente se sorprende porque todavía tengo este físico. No digo que me retiraré mañana, pero cuando tenga que hacerlo será en su momento. Hay ‘demoledor’ para rato. Tenorio viene a dejar huella.
¿Por qué Demoledor?
Me identifico con el Demoledor y lo llevo tatuado. El apodo me lo puso un periodista, Alfonso Lazo, un comentarista muy reconocido en Ecuador.
¿Tiene alguna forma particular de festejar los goles?
Para celebrar me gusta el baile. Hablé con Óscar Rodas para que cuando nos toque jugar juntos y anotar goles celebremos con una cumbia o una salsa, que son las mismas de Ecuador y Colombia. Inventaremos una coreografía, que la disfrutemos todos, el grupo, que es lo más importante.
¿La hinchada puede soñar con verlo festejar ante San Lorenzo?
No tengo que demostrarle nada a nadie. La hinchada se siente más contenta de ver la actitud de un jugador antes que anotar un gol. Yo soy una de esas personas. Mi dedicación es por el bienestar del equipo. Soy una persona que cuando me pongo la camiseta de un club, lo hago a muerte.
¿Qué tan difícil será el partido en Argentina?
Es un rival con mucha trayectoria. Conozco muy bien a (Edgardo) Bauza. Tenemos que manejar los tiempos. Los jugadores más experimentados tenemos que saber manejar el momento. Hay que estar tranquilos, ser inteligentes para jugar. Será un ambiente diferente al que estuvo jugando Bolívar, que se enfrentará a un equipo que pretenderá definir el duelo en Argentina, en un estadio lleno, que empujará a su equipo. El resultado de Argentina dirá lo que podría ser el partido de vuelta.
Conoce a Bauza, ¿cuánto le beneficia esto a Bolívar?
Es un DT con mucha experiencia, sabe mucho. Bauza maneja los tiempos, cuándo sí y cuándo no. Como persona es espectacular, la enseñanza de él es importante para cualquier jugador.
¿Y Azkargorta?
Tiene un gran conocimiento. Sabe manejar partido a partido y su sapiencia beneficia al experimentado y al joven. Hay mucho por sacar de un profesor que le dio mucho al fútbol. Yo estoy encantado por trabajar con él. Como profesional no tengo palabras, espero aprovechar al máximo sus enseñanzas.
¿El presidente de Bolívar, Loayza, dijo que usted era el delantero más importante en la historia del club…?
Son elogios que sirven, pero que son responsabilidades. Aquí me siento igual que Jaime Arrascaita, que Miguel Suárez, que son jóvenes. Pero quiero hacer un nombre en Bolívar y mi reto comienza ahora. Soy muy agradecido por todo lo que Bolívar generó en torno a mi llegada. Estoy muy agradecido con la gente del club, tenemos un cuerpo técnico espectacular.
Independientemente del resultado en Buenos Aires, ¿cuánto aportará la hinchada en el partido de vuelta?
La gente tiene que disfrutar de esto, que disfrute, que siga apoyando. El apoyo será fundamental durante los 90’, independientemente del resultado. La gente no puede ponerse con cosas adversas que perjudiquen mucho más. Yo vi en Inglaterra equipos que están perdiendo y son aplaudidos por el esfuerzo del jugador. Pedimos a todo el pueblo boliviano que apoye una causa que será para el crecimiento del país porque en el mundo se hablará de Bolivia y no solo de Bolívar. Hay que hacer fuerza porque el camino que falta es poco y que, si Dios quiere, será victorioso
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