El entrenador celeste Beñat San José Gil es un apasionado por el fútbol. En contrapartida, el profesor José Manuel Gorjón, su mano derecha, es más frío y calculador. Es el cerebro de la Academia.
Gorjón, de bajo perfil, es fundamental en el trabajo de la Academia. Es el hombre que evalúa el trabajo diario que desempeñan los jugadores celestes. Beñat tiene la última palabra, pero su opinión es determinante a la hora de elegir el onceno celeste.
¿Cómo empezó en este mundo del fútbol?
Comencé jugando fútbol como todos, desde pequeño. No llegué a ser un jugador profesional; decidí hacer la carrera de profesor en deportes, ya que me gustaba mucho la actividad deportiva. Tengo una maestría en fútbol, también soy entrenador a través de la Federación España de Fútbol. Tengo el máximo nivel. En los años que estuve en Cataluña me dediqué a entrenar equipos importantes de esa ciudad. Estuve de scauntin en el Barcelona, colaboré en el Osasuna. Me especialicé en alto rendimiento, lo que me permitió trabajar en otros deportes.
¿Cómo conoció al técnico San José?
Pues ambos somos de la misma zona, allá en España. Somos de San Sebastián y allí por casualidad entre unos y otros nos conocimos. Su representante nos presentó, fue un conjunto de personas que nos vinculó y luego él me pidió que lo acompañe a Arabia Saudita.
¿Usted se considera el cerebro de Bolívar por la manera tan calculadora que tiene para manejar los partidos?
Pienso que Beñat y yo tenemos dos facetas diferentes, pero nos complementamos. Él es más apasionado, le gusta vivir los partidos. Yo soy más tranquilo, de alguna forma debo hacerle ver o asesorarle en aquellas cosas que a veces no logra ver. Durante los partidos conversamos bastante; yo siempre intento darle una visión diferente. En muchas cosas coincidimos, pero al final es él quien toma la última decisión.
¿Es complicado ser ayudante de campo?
No, sólo hay que ser inteligente; por ejemplo, nosotros estudiamos mucho a nuestros rivales, tenemos una metodología de trabajo, conocemos a nuestro grupo. Me gusta evaluar las virtudes del rival para poder contrarrestar su ataque; por ejemplo, los cambios a veces ya están programados, otros cambios varían de acuerdo con el resultado del partido, a veces los rivales nos marcan los cambios.
¿Varía el trabajo en un clásico?
Para mí los clásicos son una fiesta, creo que toda la población lo vive de esa manera, da gusto ver una afición y luego ver a la otra, sentir cómo se llena el estadio, hace que uno se emocione y lo viva de distintas maneras. Los clásicos, como cualquier otro clásico, en todos los lugares del mundo, tienen un incentivo deportivo sobre todo en la afición del club; a la vez tienen la riqueza de ser un partido que se disfruta de mil maneras. Antes de que lleguemos a Bolivia conocíamos de la rivalidad que había entre bolivaristas y stronguistas, pero considero que en los últimos tiempos este clásico creció bastante. Me animo a decir que a nivel internacional ya tiene una importancia enorme, eso es muy importante para todo el fútbol boliviano.
¿Usted es hincha de algún equipo?
Yo soy hincha del equipo de mi cuidad, la Real Sociedad, y luego obviamente del Barcelona por mi pasado en Cataluña. Quizás todo ese tiempo que viví ahí hizo que adquiera un cariño a ese equipo, pero me gusta el fútbol mundial en general.
¿Cómo califica el fútbol boliviano?
El fútbol boliviano tiene un gran margen de mejora en este tiempo, posiblemente le condiciona mucho la sociedad, también la geografía para poder avanzar, pero estoy seguro de que el fútbol boliviano va a evolucionar mucho, sobre todo en la parte de la transparencia dirigencial y eso hace que los organizadores sean más conscientes. Considero que para que haya una mejora en el fútbol debe haber un cambio en los dirigentes. Así, todos junto con los futbolistas notarán el cambio.
¿Cuánto influye la parte psicológica en un jugador?
Hoy en día es muy importante trabajar en este aspecto, pienso que llevar un equipo de fútbol es igual que administrar una empresa, es muy importante. Como lo decía Bill Gates, lo más importante en una empresa no son sus productos sino son sus personas que hacen posible un buen producto. En un equipo hay que aplicar lo mismo, los planteles son como empresas privadas y para que sus recursos humanos puedan responder de manera óptima hay que tratarlos bien, no se puede pensar que los jugadores son objetos. Beñat y yo trabajamos mucho en esa línea, ya que son los jugadores quienes darán la cualidad y el servicio dentro de la cancha.
¿Qué espera de la Copa Sudamericana?
Estoy muy ilusionado en poder hacer una gran competición en la Copa Sudamericana. Al final estamos jugando con la ilusión de todo un país; yo creo que cualquier equipo de Bolivia que haga un buen papel a nivel internacional es muy bueno para el país, al margen de las rivalidades internas.
¿Qué representa Bolívar en su carrera?
En este momento me produce un sentimiento de identificación, gratitud y responsabilidad a toda la afición.
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lunes, 20 de febrero de 2017
José Manuel Gorjón, ayudante de campo de Bolívar “Lo más importante no son los productos sino las personas”
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