Bolívar escribió anoche otra página histórica para el fútbol boliviano. Por primera vez un equipo nacional está entre los cuatro mejores de la Copa Libertadores. Lo logró con un triunfo (1-0) sobre el argentino Lanús en el estadio Hernando Siles, que estalló de alegría. Se clasificó a semifinales, instancia en la que jugará contra San Lorenzo de Almagro, también de Argentina.La historia comenzó en Buenos Aires una semana antes cuando William Ferreira, con un bombazo, logró el 1-1 a los 91 minutos del partido de ida. Ese resultado fue clave. Y la cereza sobre la torta para que Bolívar ganara la llave la puso anoche Juan Carlos Arce, a los 87’.El encuentro fue algo raro, contra los pronósticos no fue abierto. Hubo emociones pero no a raudales. La Academia, a sabiendas de que también el empate a cero le servía, no jugó del todo volcada a la ofensiva, optó por cuidarse, y lo hizo bien.Lanús, que era el equipo llamado a buscar el gol, pues estaba obligado a cambiar la historia, tampoco fue muy abierto que digamos, tuvo miedo de correr y de desgastarse. Y como no arriesgó mucho, el rival tampoco tenía por qué hacerlo.Intercambiaron opciones en los primeros 30 minutos. A los nueve Ortiz tuvo el gol para la visita, pero tiró alto dentro del área; a los 18’, Arce mandó un lindo remate y exigió una notable atajada de Marchesín.En la segunda mitad intentaron ser menos amarretes, fueron algo más frontales, y aunque tampoco hubo gran cantidad de jugadas ofensivas, dio la impresión de que Bolívar estaba más cerca de abrir la cuenta. Otra gran atajada del golero visitante le impidió a Ferreira festejar a los 54’.Cuatro minutos después se fue expulsado Izquierdoz por agresión, y condicionó a Lanús. Aún así, el equipo argentino trató de buscar el arco contrario, es que no le quedaba otra, y dejó espacios atrás.Marachestín volvió a salvar una clara ante Ferreira, en un mano a mano, pero dos minutos después (87’) ya no logró evitar el gol de Arce, quien solo empujó la pelota tras un rebote de ésta en el palo después de que Yecerotte había vencido con un “sombrerito” al arquero.
Los minutos finales fueron de suspenso porque Bolívar no pudo hacer el segundo (hubo otro palo de Ferreira), Lanús se fue en pos del empate y Blanco asustó en la última jugada, pero Quiñónez estuvo atento. Luego se desató la fiesta. Ganó Bolívar, merecidamente. Es semifinalista de la Copa, ni más ni menos.
La figura - Juan Carlos Arce
El gol puso la cereza sobre la torta. Arce fue, además, uno de los más porfiados en ofensiva. Ya en el primer tiempo tuvo una gran chance.
El árbitro - Bien
Roddy Zambrano tuvo un partido tranquilo. Expulsó correctamente a Izquierdoz, por agresión. Sus asistentes lo colaboraron bien.
Los datos
Ganó todas
Hubo otro jugador destacado en Bolívar, ese fue el paraguayo Nelson Cabrera, muy bien en la última línea ganando casi todo por arriba. Es que Lanús trató de bombardear con los centros y lo encontró casi siempre al zaguero.
Con nervios
Empezando por Quiñónez, a ratos impreciso, hubo varios jugadores nerviosos en Bolívar. Ninguno quería fallar, pero a ratos las piernas les temblaban. A la postre, el equipo salió airoso del Siles.
Gran campaña
Ningún otro equipo de los finalistas de la Libertadores tiene la campaña de Bolívar, que lleva nueve partidos consecutivos sin perder. Solo cayó en su debut en la Copa ante el ecuatoriano Emelec en Guayaquil. Después empató cinco y ganó cuatro.
Victorias
Bolívar ganó en esta Copa tres partidos como local: anoche a Lanús y antes lo hizo frente al brasileño Flamengo y al ecuatoriano Emelec. Además, triunfó una vez como visitante, en la cancha del León mexicano (segunda fase).
Empates
El conjunto boliviano se precia de ser “el rey de los empates” en lo que va del torneo, con cinco, que le han servido de sobremanera. El primero fue desalentador, ante el León en La Paz. Pero luego igualó con Flamengo en Brasil, ante el León dos veces en México y en el Siles, eso fue en octavos de final; y por último ante Lanús en Argentina.
Está a dos partidos de la gran final copera
Ramiro Siles
El próximo reto de Bolívar es otro equipo argentino, uno de los cinco “grandes” de ese país, el San Lorenzo de Almagro, con el que jugará las semifinales de la Copa Libertadores de América. Los dos choques para tratar de clasificar a la final serán en julio, después de la Copa del Mundo.
Como el equipo de la Academia fue ganador de su grupo en la segunda fase y el Cuervo fue segundo en el suyo, el partido de ida se jugará en Buenos Aires el miércoles 23 de julio. La revancha será una semana después, el 30, en el estadio Hernando Siles.
El vencedor jugará la final de finales con el ganador de la otra llave semifinal integrada por el Nacional de Paraguay y el Defensor Sporting de Uruguay —que anoche eliminó al Atlético Nacional colombiano—. Hay otro dato para tomar en cuenta. Esta edición de la Copa Libertadores tendrá un campeón inédito, pues ninguno de los cuatro equipos que siguen en carrera alzó el trofeo alguna vez.
Oscar Dorado Vega: Escribió un capítulo de la historia
Bastaba el cero a cero y después de las repetidas —y casi épicas— atajadas de Marchesín el partido parecía encaminarse a una lucha dramática, con el gol excluido. Pero el estupendo arquero de Lanús ya no pudo con el empalme de Juan Carlos Arce y la fiesta adquirió carácter completo.
Fue un trámite cerrado, de disputa intensa, sin claudicaciones, de pura hombría futbolística. Cuando Bolívar presionó arriba le complicó la existencia al equipo argentino, que, agrupado entre líneas, intentó hacer la suya, pero el local se lo impidió, sabedor que acaso más importante que anotar en el pórtico de enfrente era mantener en cero el propio.
Entonces, los celestes cumplieron bien la tarea hasta tres cuartos de cancha, pero la ansiedad (léase imprecisiones) coartó —aparte de lo mucho y bien que trabajó el portero adversario; permítase la insistencia— varios ataques de esos en los que daba la impresión de que una sutil dosis de serenidad generaría la concreción del objetivo.
Tras la expulsión de Izquierdoz, a Barros Schelotto no le quedó más que mover el tablero para recomponer la situación. Desde el banco se sumaron atacantes y el trámite cobró un ritmo inusual, donde la zaga granate afrontó varios mano a mano con el ataque rival, como en un juego de barrio. En dicha circunstancia las transiciones de medio campo virtualmente desaparecieron.
Bolívar atesoró gran parte de la clasificación en Buenos Aires. Eso está más que claro, pero anoche supo ser eficiente en cerrarle los caminos al oponente, que tuvo contadas oportunidades y cuando fue menester Quiñónez reiteró su solvencia.
Para instalarse en semifinales estiró el invicto a nueve actuaciones. Es apenas uno de los argumentos que hacen de esta campaña un hito. Ya vendrá, Mundial de por medio, San Lorenzo de Almagro. No es que se olvide lo de 1986, pero bajo la actual modalidad competitiva la historia es excepcional, imborrable. De Azkargorta y los suyos dependerá añadirle uno o dos capítulos más de gloria.
Oscar Dorado Vega es periodista y corresponsal en Bolivia de Fox Spor
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