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viernes, 9 de mayo de 2014
Tiene ‘sabor’ a semifinales
Bolívar acaricia las semifinales de la Copa Libertadores de América tras obtener anoche un valioso empate (1-1) —con sabor a triunfo— como visitante frente al argentino Lanús, gracias a una estoica resistencia durante todo el partido y a un sensacional gol de William Ferreira en los descuentos (91’).
Lo que comenzó como un mal presagio por el tanto tempranero que convirtió Lanús, terminó en una celebración académica tal vez impensada por el sorpresivo gol de la igualdad, pero merecida por todo el esfuerzo que hizo el equipo, primero para componerse de lo mal que había comenzado, y después para mantener una línea que lo volvió a conducir a la jerarquía con la que se manejó sobre todo afuera en este certamen.
En el arranque Bolívar jugó los peores diez minutos que se le han visto en el último tiempo, estaba en otra, distraído sobre todo de mitad de cancha para atrás, y eso le llevó a cometer fallas que Lanús las aprovechó bien llegando con peligro hasta abrir la cuenta a los 8’ mediante Benítez.
Pero los celestes se sacudieron rápido de ese arranque y siendo ordenados en sus líneas, con un medio campo que pasó a tener mayor protagonismo, fueron alejando de a poco el peligro de su zona, y a Lanús le costó cada vez más no solo llegar al área rival sino tener la pelota. La Academia logró descompaginar el juego de su adversario y a ratos incluso se animó a ir adelante. A los 41’ generó una jugada que por poco no fue la del gol del empate.
En la segunda parte el cuadro boliviano asumió mayor protagonismo con la pelota y atacó de entrada, dos veces estuvo cerca, sobre todo la segunda con un disparo de Arce que exigió la buena atajada de Marchesín.
Lanús notaba que la victoria mínima no era prenda de garantía y fue a buscar el segundo gol, pero salvo dos o tres ocasiones, en alguna exigiendo la buena respuesta de Quiñónez, no tuvo otras, y eso fue porque, a pesar de su dominio, los celestes, con gran actitud en la cancha, le cortaron siempre los circuitos, no le dieron espacios e hicieron su negocio, que de por sí perder por solo un gol ya lo era.
El partido parecía acabarse así, nadie esperaba que como el mejor mago, Ferreira sacara de la galera un bombazo —tras recibir un pase de Sánchez Capdevila— mandando la pelota al ángulo izquierdo, inatajable para Marchesín, dejando fríos a los argentinos y haciendo estallar a todo Bolivia que ahora se ilusiona con ver a Bolívar en semifinales de la Copa.
La figura - Wálter Flores
Bolívar ganó en el medio campo en varios pasajes y mucho tuvo que ver el esforzado trabajo (marca, control, salida) de Flores.
El árbitro - Regular
El peruano Carrillo no cometió errores graves, pero tuvo muchas imprecisiones. Perjudicó a Bolívar con varias decisiones equivocadas.
Los datos
La otra figura
Si Wálter Flores hizo un trabajo de obrero, no fue menos el español Sánchez Capdevila. Qué manera de entregarse para marcar y también para salir. En sus pies nació —por su decisión de ir al frente— el pase para el gol de Ferreira.
Buena labor
No fue como en otros partidos en los que el rival le llegó a Bolívar mucho con opción de gol. La Academia supo marcar bien y fueron contados los sustos que pasó el golero Quiñónez. Hubo gran labor defensiva.
La llave se definirá en La Paz el jueves
Ramiro Siles
El buen resultado conseguido —otro más afuera— le abre a Bolívar las puertas de las semifinales de par en par, otorgándole por lo menos dos opciones, la victoria o el empate sin goles, para conseguir la clasificación.
El partido revancha se jugará el jueves a partir de las 18.30 en el estadio paceño Hernando Siles y un triunfo por cualquier marcador —bastará el 1-0— clasificará al que lo obtenga. El equipo académico partirá mejor parado por su condición de local.
Además, un empate a cero también le daría el pasaporte al cuadro boliviano, haciendo valer el gol de visitante que consiguió anoche mediante William Ferreira a los 91 minutos. Los celestes que ya sueñan con la posibilidad de que su equipo se convierta en uno de los cuatro mejores quieren saber contra quién les tocaría. En ese caso el rival sería el argentino San Lorenzo —que ganó en la ida 1-0— o el brasileño Cruzeiro.
Van ocho partidos sin perder
Campaña
Dato importante: Bolívar llegó anoche a ocho partidos seguidos en esta Libertadores sin perder. Solo cayó en su debut, cuando visitó al ecuatoriano Emelec. Después obtuvo cinco empates —incluido el de ayer en Argentina— y tres victorias. Como visitante lleva cuatro cotejos sin caer, un triunfo y tres empates.
Goles son amores
Otro dato no menor. El equipo académico ha convertido goles, por lo menos uno, en todos los cotejos —nueve hasta ahora— que ha jugado. Lleva 12 tantos a favor. Y no está demás insistir en que desde que Xabier Azkargorta se hizo cargo de la dirección técnica, el español no ha perdido. Van siete partidos.
La revancha
El choque de revancha se jugará el jueves 15 en el estadio Hernando Siles desde las 18.30. Arbitrará una terna ecuatoriana: el central Roddy Zambrano y sus asistentes Christian Lescano y Byron Romero.
Óscar Dorado Vega: Fierrazo, con ‘F’ de Ferreira
El partido se fundió en los extremos. Con un minuto de tiempo agregado, la inspiración y el derechazo espectacular de William Ferreira clavaron la pelota en el ángulo imposible para Marchesín. Fue el empate y vaya uno a saber si no representa el gol del pasaporte a semifinales. Antes, en un comienzo plagado de desajustes, Benítez abrió la cuenta.
Y así como en México resultó desequilibrante, el uruguayo también le puso su sello a la noche del sur de Buenos Aires. Poco asistido durante gran parte del trámite encontró con el último aliento el espacio para consumar la proeza. Sí, a los goleadores hay que esperarlos. Siempre.
El equipo supo rehacerse tras el descanso. Luego de un primer tiempo para el olvido recobró la calma. Se acordó de jugar. Se adelantó unos cuantos metros y, sobre todo, copó mejor el terreno a lo ancho para poner de manifiesto los embrollos creativos de Lanús. En suma, orden y equilibrio constituyeron la receta del éxito.
Cabe también reconocer que Bolívar asimiló adecuadamente la madrugadora desventaja. Virtud determinante. La Academia le ha puesto a esta Copa una impronta innegable. Es un cuadro que anota goles en todas partes y la trascendencia de dicho atributo se deja sentir, sobre todo, cuando —en sentido contrario a tantos episodios de la historia— convierte en patio ajeno.
Sin embargo, cuidado con el exitismo. El elenco de Barros Schelotto no habrá tenido la mejor de sus jornadas, pero basta revisar la estadística reciente para subrayar que dos de sus clasificaciones las obtuvo como visitante. En Chile y México.
Asimismo, habrá que persistir en las correcciones defensivas: los pelotazos, algunos muy frontales, a espaldas de la zaga dañan. Y cuando Quiñónez quedó mano a mano con un adversario se reveló un serio déficit de funcionamiento.
El punto representa un muy buen saldo, acompañado, por cierto, de la notable conquista. Bolívar se ha erigido como el primer elenco que, a través de la instancia, cosecha fuera de casa. Dato revelador. Se hizo bien —con el mérito de una segunda fracción en la que el aplomo tuvo mucho que ver— la mitad de la tarea. Seguramente la más compleja. El panorama, por tanto, es halagüeño.
Óscar Dorado Vega es corresponsal en Bolivia de Fox Sports.
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