Es el nuevo jugador de Bolívar. Un volante ofensivo español. Nunca antes jugó en un equipo de Primera División y tampoco fuera de su país. En ambos casos, ésta será su primera vez.
José Luis Sánchez Capdevila. Curiosamente en España es más conocido por su segundo apellido y no por el primero. Ocurrió en uno de sus equipos, donde el técnico decidió llamar a sus jugadores por el apellido materno. Y la costumbre no ha cambiado.
— ¿Qué trayectoria tiene?
— Mi carrera deportiva comenzó en la cantera del Real Madrid, donde pasé por todos los equipos, desde la base hasta el segundo equipo, el Madrid B; luego fui al Hércules, Pontevedra, Real Valladolid, Real Murcia, Xerez, Deportivo Huracán y ahora llego a Bolívar. Nunca salí de España, esta será mi primera vez.
— ¿Qué edad tenía cuando comenzó a jugar?
— Tenía 12 años. Los ojeadores del Real Madrid me fueron a buscar a mi tierra natal, que es Zaragoza, y rápidamente fui parte de esa cantera. De hecho es muy duro llegar a primera con el Madrid porque sus jugadores, que en su mayoría ya tienen Balón de Oro, complican el ascenso, en especial de mitad de cancha para arriba. Es complicado, pero no imposible, aunque a veces hay que buscarse otras oportunidades.
— ¿Qué cree que le faltó para llegar a la primera del Real Madrid?
— Hay mucha competencia, en especial en mi posición, pero no me pongo a pensar en eso porque estoy muy contento con mi trayectoria. Sólo está en mi cabeza el seguir trabajando.
— ¿Qué características tiene como jugador?
— Siempre digo lo mismo, no me gusta describirme, pero soy un futbolista muy competitivo y profesional, llego mucho al área y soy asistente, me gusta pasar a los compañeros. Para mí asistir me da la misma alegría que anotar un gol.
— ¿Se podría definir como un “10” clásico?
— En Europa sería extremo, media punta, un volante que asiste. Si tuviera que elegir a un futbolista por mi parecido en su forma de jugar escogería a Gustavo López, un argentino que pasó por el Zaragoza y Celta de Vigo. Acá, en España, yo creo que es lo más semejante a mí. Ese es el tipo de jugador que siempre me gustó.
— En el fútbol actual lo normal es que un futbolista sudamericano vaya a Europa, ¿por qué un europeo se decide a venir a este lado del mundo?
— En mi caso en particular busco una nueva experiencia, un nuevo reto en mi vida. Creo que el futbolista español ha sido muy sedentario y prácticamente, hace un tiempo, no había mucho español afuera; pero hoy en día es lo contrario, no sólo salen al fútbol de los demás países de Europa, sino al sudamericano y asiático, y en mi caso se me presentó esta oportunidad que decidí aprovechar.
Hubo una explosión de jugadores españoles rumbo a otras naciones y estoy orgulloso de ser uno de ellos. Estoy con muchas ganas de afrontar esta nueva etapa en mi vida.
— En Bolívar está el técnico Miguel Portugal, también acaba de llegar Eduardo Moya y ahora vendrá usted, ¿qué cree que le pueden aportar al fútbol de la Academia y al boliviano?
— Espero que la aportación sea mutua, yo intento poner mi granito de arena, pero también quiero aprender cosas del fútbol sudamericano y boliviano, porque creo que en esa aportación mutua se puede recibir algo bonito y se puede disfrutar.
— ¿El hecho de que hayan varios españoles ayudará a que la adaptación de entrada sea menos complicada?
— Todo ayuda. Da la casualidad de que cuando estaba en plena negociación con Bolívar no tenía idea que Edu Moya había ido para allá, y en el último fin de semana de competición con mi equipo me llevé la grata sorpresa, me dio alegría saber que no estaba ahí un español más, sino un compañero de equipo porque jugamos juntos en el Xerez.
— ¿Pudo ver partidos de Su-damérica?, ¿pudo notar alguna diferencia con el fútbol europeo?
— Soy un amante del fútbol y he visto innumerables partidos de todos los continentes, pero pienso que mientras no te pongas las botas y empieces a estar en esas competiciones, no te das cuenta de las diferencias o semejanzas.
— ¿Qué conoce del fútbol boliviano?
— He seguido mucho la carrera de Bolívar, más o menos desde diciembre del pasado año, y lo que puedo decir es que a mis 15 años, con el Madrid, tuve la suerte de jugar el Mundialito Paz y Unidad en Santa Cruz, y disfrutar de esa experiencia del fútbol boliviano. Quién iba a decir que años más tarde volvería a Bolivia para jugar de manera profesional.
Recuerdo que jugué esa Copa en 1996. Ganamos el torneo en el triangular final entre la Academia Tahuichi, Blooming y nosotros. Fue una linda experiencia, en especial a tan corta edad.
— ¿Sabía que la Academia se caracteriza por tener un juego ordenado, muy técnico y que la mayoría de sus jugadores son hábiles con el balón?
— Eso me consta, ya lo sabía, es un fútbol bastante exquisito y eso hará que la gente también disfrute del juego.
— The Strongest es su clásico rival y fue tres veces seguidas campeón, Bolívar quiere superar ese registro, ¿qué le dice este desafío?
— Es un reto como dices y ahora mismo cualquier equipo de la Liga boliviana querrá ser campeón. Es verdad que la rivalidad es grande, y estoy seguro de que la Academia desea revalidar el título.
— ¿Se puede prometer algo a la hinchada?
— Veo muy lejano prometer algo, todavía no llegué allá y me estoy marcando objetivos a corto plazo como adaptarme lo más rápido que pueda al equipo para demostrar todo mi potencial.
— ¿Es posible comparar la Copa Libertadores con una Liga de Campeones?
— Quitando la distancia, creo es una similitud exacta. La Copa Libertadores es la Liga de Campeones de Europa, es un torneo súper apetecible y muy lindo para disputarlo.
Pero no tuve la suerte de jugar en la Liga de Campeones, porque es muy difícil, lo más cerca que estuve fue de entrenar con el primer plantel del Real Madrid.
— ¿Qué opina de la posibilidad de jugar la Libertadores?
— Quiero ir paso a paso, debo ir allá, aclimatarme a la altura, ir despacio, para después afianzarme en el Apertura y luego agarrar esa base para afrontar la Libertadores.
— ¿Qué le dice la altura?
— Estoy muy informado del tema, pero veremos cómo se adapta mi cuerpo. Sé que deben pasar un par de semanas para que el cuerpo lo asimile, pero no me preocupo mucho por ese tema.
— ¿Vendrá solo o con su esposa e hijos?
— Vamos a intentar ir todos, porque creo que la estabilidad del futbolista reside en la familia y con ellos se consigue sacar más provecho en la profesión.
— ¿Se imagina con qué país se va a encontrar?
— Es una incógnita y no sabría contestar, pero voy a intentar hacer lo mejor posible para afrontar todos los cambios que habrá.
— ¿La crisis por la que atraviesa España en estos tiempos en materia económica influyó para que decidiera venir a Bolivia?
— Es uno de los ingredientes que influyeron para ir, pero no es sólo el fútbol español, sino el europeo en general. Creo que hubo una crisis muy fuerte en otros países donde normalmente no existía. Hoy es otra realidad, aunque el fútbol no deja de ser igual en otro lugar, tu rutina para entrenar es igual y al final es igual jugar aquí o allá, sólo te separa la distancia.
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