jueves, 20 de marzo de 2014

Un regalo bien aprovechado



Bolívar logró su objetivo, que era vencer al Flamengo (1-0). Y el resultado —sumado al empate (2-2) conseguido en Brasil una semana antes ante el mismo adversario— le permite al equipo boliviano volver a la lucha en el grupo 7 por la clasificación a la próxima fase de la Copa Libertadores de América, pero si bien le abre una puerta esperanzadora, su juego —el de anoche— no hace soñar demasiado dadas sus limitaciones sobre todo ofensivas.

La Academia, que halló un regalo en el comienzo, transformado en gol de tiro penal a cargo de Arce, terminó sufriendo, casi pidiendo hora, acosado por el rival que sin estar convencido del todo que podía, fue a buscar el empate y más bien convirtió en figura al golero celeste Romel Quiñónez.

Un plantel más frontal, con más ambición y con agresividad —lo que le faltó a Bolívar ayer— hubiera gozado de una goleada ante esta versión del Flamengo que es la peor de los últimos tiempos, sin categoría, sin saber defender y temeroso para ir a atacar, falto de esa jerarquía tradicional que tienen los cuadros brasileños.

El 1-0 llegó (4’) mediante un penal convertido por Arce después de que Samir, tras resbalarse y perder la pelota ante Ferreira en su área, le cometió una falta al uruguayo sancionada por el árbitro. Mejor comienzo no podían pedir los celestes; peor inicio no podían desear los rojo y negro.

Que Bolívar fue superior, es cierto; que manejó el juego, también; pero hay que ver cuán poco peso ofensivo tuvo, cómo le costó generar verdaderas situaciones de gol y, habiendo sido pocas, cómo las desperdició.

Cuando Callejón agarró la pelota, Bolívar tuvo algo de criterio para jugar bien, o cuando Arce se animaba para aprovechar los espacios que dejaba libres Flamengo por una marca poco consistente; pero la pregunta es cuántas veces llegó con claridad a inquietar al golero visitante, y la respuesta no hace otra cosa que confirmar que le faltó consistencia ofensiva.

Flamengo, condicionado por su temor a la altura, casi no atacó en el primer tiempo y lo regaló; en el segundo también le entregó la iniciativa a su oponente, pero dio la sensación de que estuvo más veces en el área contraria y por eso generó situaciones más claras que su adversario, bien conjuradas por Quiñónez.

Bolívar ganó tres puntos y eso es lo que importa. Tan importantes como la unidad obtenida en el Maracaná de Río, donde la imagen que dejó fue otra, con talla internacional, tan distinta a la de anoche.

Los datos

primer tiempo A los 20 segundos, Miranda le pegó a la pelota desde lejos, casi anota. Bolívar tuvo a su merced al Flamengo en la primera etapa, pero sus ataques no fueron tan claros, además las definiciones fueron erradas.complemento Falta saber cuál era la propuesta futbolística de Flamengo. El gol tempranero seguramente tiró por la borda sus planes. En el primer tiempo le costó hacerle frente a Bolívar, que dominó; en la segunda atacó mejor y hasta pudo lograr el empate.

Quiñónez ahogó el empate de la visita

La pelota rondó más el área de Felipe, el arquero brasileño; pero fueron más las intervenciones directas de Romel Quiñónez, el guardameta de Bolívar, que evitó —sobre todo en el segundo tiempo— la llegada del empate.

La Academia atacó con cierta insistencia en el primer tiempo, sin embargo, por lo general terminó mal las jugadas, así que fueron pocas las intervenciones del guardameta brasileño.

Quiñónez, en cambio, tuvo un mayor contacto con el balón a pesar de que las arremetidas de Flamengo fueron menos, en todo caso sus atacantes los resolvieron mejor, pero se toparon con la buena respuesta del guardameta.

El golero celeste tapó bien a los 8’ frente a Wallace, y a los 45’ arriesgó una salida con los puños.

En la segunda mitad es donde su figura se hizo grande, en particular atajando un disparo de primera de Paulinho y otro de Mugni. Así les quitó de la boca el grito de gol a los visitantes.

El ímpetu del primer tiempo decreció luego

En la segunda etapa, las opciones más claras fueron de FlamengoBolívar empezó con ímpetu —con un gran disparo de Miranda— y una visión de ir al frente, aunque no siempre con jugadas claras de gol. Se encontró con un penal, eso le generó cierta tranquilidad, y si bien tuvo algunas ocasiones como para resolver el partido en la primera parte, no lo hizo; en la segunda, las ocasiones decayeron bastante y Flamengo puso en peligro su victoria.

Después del gol de Arce, mediante un penal bien ejecutado, Bolívar buscó el pelotazo profundo o el centro y entre una y otra acciones Ferreira merodeó en el área, aunque el goleador todavía no puede convertir en esta edición de la Copa Libertadores.

Tanto Arce como Álvarez siguieron el camino de Miranda y dispararon desde lejos, y generaron el suspiro de la afición.

Sánchez Capdevila tuvo un par de ocasiones, sobre todo la segunda la desperdició con un remate alto, y las más clara para aumentar la cuenta fue un precioso taco de Arce dentro del área grande para Callejón, que entró con fuerza, pero disparó alto.

El dominio celeste continuó en la segunda mitad, aunque ya no fueron tantas las llegadas; si las hubo, la terminación estuvo mal.

Hubo una que arrancó en un contragolpe en el que cuatro jugadores de Bolívar se enfrentaron a dos de Flamengo, semejante opción de gol terminó con un disparo de Callejón bloqueado por uno de los brasileños.

La más clara que tuvo la Academia en esa segunda mitad fue la pegada de Arrascaita luego de buscar el perfil ideal, y obligó a una estirada de Felipe.

Casi cuarto de hora después, el mismo Arrascaita llegó desde atrás y con un disparo tipo centro estuvo a punto de colgar al golero.

Los últimos minutos los sufrió Bolívar, atacado por el rival.


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