Xabier Azkargorta cumple hoy un año al mando de Bolívar. El español se hizo cargo del plantel el domingo 9 de marzo de 2014. Tres días después debutó ante el Flamengo, por la Libertadores.
El vasco dice que es un reto dirigir a la Academia. Entrevistado por El Panamericano Deportivo, el técnico analiza su primer año al mando del vigente campeón boliviano.
Hace un año usted asumía la dirección técnica del club Bolívar. ¿Recuerda lo que sentía el momento de concretarse esta su incorporación?
Bueno, al principio bastantes dudas porque yo en aquel momento todavía era el seleccionador vigente y tenía que renunciar a ese puesto para aceptar el reto de Bolívar. Por otra parte, una enorme ilusión porque justo yo aceptaba un domingo antes de salir de viaje a Río de Janeiro para enfrentar en el Maracaná a Flamengo. Entonces realmente era un reto y un desafío debutar con Bolívar en el Maracaná, frente a un equipo como el Flamengo y en una competición como la Copa Libertadores.
En algún momento previo a ese tiempo no parecía haber una óptima afinidad con Marcelo Claure. ¿No le sorprendió la llamada de Bolívar?
Yo nunca tuve desafinidad con Marcelo Claure; es más, en campañas anteriores muchas veces Marcelo Claure me llamaba para pedirme consejos sobre algunas decisiones incluso referentes a directores técnicos. Lo que sí había es una corriente dentro del club, no voy a decir nombres pero todo el mundo lo sabía, no eran muy partidarios de que yo firmara por Bolívar. Había otro grupo que sí estaba a favor y dentro de ellos mismo había como una lucha interna, pero al final me hicieron el ofrecimiento; yo lo estudié y lo hablé también con la gente de la federación y no me pusieron ningún problema y acepté el reto.
¿Es difícil para un técnico de selección tomar la decisión de dirigir un club del mismo país?
Sí, no era fácil, pero por otra parte era un reto importante porque yo hacía un tiempo que no dirigía cada día, ese trabajo de entrenamiento diario que es donde tú puedes poner más el sello de tus ideas, de tu trabajo y eso también era un reto y un desafío muy bonito.
En algún momento Marcelo Claure sostuvo que el próximo entrenador de Bolívar sería Vladimir Soria y pareció haberle llegado su momento en ese entonces. ¿Usted habló con Vladimir antes de aceptar el cargo?
Sí, incluso cuando todavía Bolívar no se decidía y no se sabía quién iba a ser el técnico, yo tuve varias reuniones incluso charlas con Guido (Loayza), también con César Vento; también hablé con el propio Vladimir, antes de que Bolívar tome la decisión de que fuera Vladimir Soria el técnico. Yo me alegré mucho por Vladimir cuando el club tomó esa decisión porque yo tengo y, lo demuestro cada día, una especial afinidad con Vladimir Soria como técnico tanto en la Selección como cuando ha estado en Bolívar y, bueno, esa decisión fue en su día tomada por Marcelo Claure que me la comunicó a mí también y yo le dije que me parecía muy bien que un hombre como Vladimir Soria, que es una institución en Bolívar y en Bolivia, asumiera ese reto.
Antes que usted asumiera, Bolívar no parecía levantar cabeza, incluso muchos lo daban por eliminado luego de un empate acá en La Paz. ¿Cómo hizo para terminar cuarto en la Libertadores?
Fue un trabajo muy duro, muy consciente, muy de convencimiento de los propios jugadores de que el rendimiento que hasta entonces habían dado en los dos partidos de visitante en Guayaquil frente a Emelec y de local ante León.
Vimos que su rendimiento no había sido el que ellos podían dar, hasta el punto que incluso, cuando íbamos a jugar en el Maracaná, había quien me insinuaba que me hiciera el loco y que no asumiera la responsabilidad del banquillo porque temían una goleada. Me sugirieron que no dirija en la Copa y más bien que espere al partido de Liga para debutar. Yo sencillamente les contesté que eso era no conocerme demasiado, porque una oportunidad de dirigir un equipo como Bolívar en el banquillo del nuevo Maracaná, que estaba recién inaugurado, yo no me lo perdía por nada del mundo.
En su presentación se habló de proyectos a mediano y largo plazo. ¿Cuánto de esto ya se materializó tras un año de su llegada al club?
No se ha realizado ningún proyecto, o sea estamos viviendo el día a día, el partido a partido, el campeonato a campeonato y yo creo que más bien es un poco al revés. Bolívar en este momento está en una restricción importante de presupuestos, austeridad. Por lo menos a mí no se me ha presentado ningún proyecto ni de una ciudad deportiva, ni de unas instalaciones nuevas. Lo que sí se ha presentado este año es un proyecto con la idea de por ejemplo, con la incorporación de (Carlos) Tenorio, se ha hecho un esfuerzo en el club para su incorporación por un año y medio, es decir este campeonato, el que viene, la Sudamericana y la Libertadores, del primer semestre de 2016 un poco se está hablando de ese proyecto pero así, más adelante.
¿Cómo es su relación con el directorio, se da curso a sus sugerencias o solicitudes o con qué explicaciones se encuentra?
Normalmente mi contacto con el directorio es normal, pero cuando hemos hecho intentos de algunos refuerzos, de algunos fichajes. Muchas veces el club ha dicho que no tiene presupuesto. Yo creo que hay una imagen un poco falsa en ese sentido, que parecería que Bolívar todo lo tuviera fácil, sin ningún problema económico, sin restricciones y no es verdad. El Bolívar es, en este momento, un club muy austero. Hubo algunos refuerzos que quisimos o intentamos, pero no se pudieron porque económicamente eran caros.
En la juerga y folklore del fútbol se dice que los técnicos viven con las maletas hechas. ¿Qué se siente cuando a veces de las tribunas se pide la salida de un técnico?
A mí me causa mucha tristeza. Muchísimas veces decía a tus compañeros que el técnico es un poco como el fusible de una maquinaria, que antes de que la maquinaria se queme se cambia el fusible y es así que somos un poco los técnicos los fusibles de los presidentes y de las instituciones. Creo que es el punto más vulnerable, más débil y más fácil de cambiar y de provocar supuestamente una reacción.
En la evaluación de este primer año corresponde hablar de hechos tal vez no tan gratos, el caso Rudy Cardozo, ¿qué opina de todo lo ocurrido?
Bueno, (piensa) ocurrido lo que todos sabemos en aquel momento, fue muy violento y yo recuerdo que era justo cuando estábamos entrando al vestuario para un partido creo que era contra San José y nosotros no nos enteramos de lo que pasó hasta que yo vi la cara de Vladimir; entonces enviamos a Vladimir inmediatamente al hospital, yo no quise provocar más crispación en todo lo que había ocurrido; incluso al final hablé con Rudy y le dije que le iba a dar la oportunidad en el propio partido de reivindicarse y pedir perdón a todos incluido a Vlady, y fue así. Jugó un ratito y marcó un gol importante, pero su gesto de arrepentimiento no fue quizá tan contundente como nosotros esperábamos. Yo sé que en aquella decisión fui bastante maltratado por la opinión de algunos que no sabían lo que internamente pasaba y elaboramos un informe; hubo la reacción de Marcelo Claure, de castigarlo con más dureza y al terminar la temporada hablé yo con la gente del club y la idea mía fue que la forma de poder devolver a Rudy al Bolívar era que estuviera un tiempo cedido en un fútbol importante, como puede ser el brasileño, para que ahí pueda jugar bien y ser incluso llamado por la Selección para la Copa América y con esas buenas actuaciones pensar en inclusive un retorno y en eso estamos.
¿Volvería a incluir a Rudy en ese partido en esa noche?
Seguramente siendo las mismas circunstancias y siendo tan inmediato y en la actualidad porque todavía tampoco teníamos una versión oficial, pues no sé, no te puedo contestar, porque hay que vivir la circunstancia en ese momento y la importancia del partido o armar un escándalo, incluso perder el partido y perder el campeonato.
Hay algo que se hizo entre el Mundial y el partido del Nuevo Gasómetro que usted no repetiría o algo que quizá no se realizó y sí lo haría?
Bueno, en primer lugar hubiera insistido mucho más en que el equipo no se moviera, es decir que el equipo fuera el mismo que terminó, porque el problema no era que había un mes de impasse, sino que muchos de los contratos se acababan y las negociaciones quizá fueron lentas o se tardó mucho en una solución. Yo quise concentrar el equipo durante un mes en un hotel y me pidieron que lo redujera a 15 días porque el presupuesto era sumamente alto; en fin, hubo una serie de cosas que yo en este momento hubiera actuado de otra forma.
¿Se imaginaba que dirigir en el fútbol boliviano tenía tantas complicaciones arbitrales?
La verdad no pensaba que iba a ser tan complicado. El año pasado, ya cuando estábamos jugando la Libertadores, nosotros teníamos un arbitraje en la Libertadores y otro en la Liga. Yo, realmente, lo digo de una forma totalmente constructiva, veía una gran diferencia.
¿Cuál fue el mejor partido que le vio jugar al equipo?
Yo creo que el segundo partido en México (ante León, por la Libertadores 2014), porque ya el equipo tenía una sintonía y un juego colectivo espectacular. Aquel partido empatamos, pero era un partido que lo debíamos haber ganado, así como el primero lo ganamos muy al final y era un partido que merecía más, el otro fue al revés porque fue de muchísima superioridad nuestra, fue un partido que a mí me gustó mucho.
¿Y el peor...?
En el campeonato, en cancha de Warnes, ese partido mi equipo era irreconocible, sin quitarle ningún mérito a Sport Boys.
Los tiempos ya no son los mismo como para jugar como el Bolívar de los Hirano, Urruti, pero el hincha siempre busca ese algo más en el equipo, que no sea solamente victoria...
Es bueno que el público sea exigente y que siempre impulse al equipo a dar algo más, pero también el público tiene que ser comprensivo porque yo he visto, por ejemplo, al pueblo aquí en La Paz, meterse de forma cruel con un jugador como Erwin Saavedra, un muchacho que recién salía con toda la fuerza en la Libertadores, en el campeonato con un rendimiento espectacular. Y un día que tuvo un partido malo, en lugar de apoyarlo, lo insultaban. Yo sentí vergüenza de cómo la gente se metía con un muchacho tan joven; por lo tanto, está bien que el público exija, pero con comprensión.
¿Cuán lejos o cerca está Bolívar del equipo que usted busca?
Bueno, yo creo que todavía nos faltaría un poquito engrasar más piezas de sincronización de juego. Estamos llegando a un punto importante, pero en algunos momentos me da la sensación de que aunque mi equipo juega muy rápido y al contraataque, a veces nos falta un poquito de más de combinación y paciencia para buscar el hueco, sobre todo cuando jugamos en casa. Y un rival viene a defenderse atrás, ahí todavía nos falta un poquito más de combinación con el balón.
¿Cómo resumiría su primer año en la Academia?
En primer lugar, después de este año, mis palabras de agradecimiento a todo lo que es Bolívar, su entorno y la oportunidad que me ha dado; en segundo lugar, una enorme satisfacción porque el año pasado batimos todos los récords, o sea llegar a una semifinal de Libertadores, ganar un campeonato, según dijeron había sido en conjunto el mejor año de la historia de Bolívar en cuanto a resultados y, según tengo entendido, también en cuanto a resultados económicos. Lo que sí siento luego de esta intensidad es que no hemos tenido un día de tranquilidad. La verdad, es un año el que he pasado aquí, pero a mí me pareciera que fueron 10 años por la intensidad.
¿Cuál fue su día más feliz en Bolívar?
A pesar de que hubo muchos momentos importantes, yo creo que es aquella clasificación en el partido frente a Lanús, cuando ya pasábamos a la semifinal, aunque también fue cuando acá ganamos al Emelec, en el segundo partido y éramos en ese momento campeones del grupo de Libertadores, en un grupo donde había equipos como el Flamengo y León.
¿Cómo ve el futuro, usted se siente cómodo en la Academia?
Yo en este momento estoy con ese eslogan que más de una vez lo repito, incluso con los propios jugadores que es: "Aquí y ahora”; entonces, yo tengo contrato hasta final de este año y me planteo todos los partidos y procuro hacer mi trabajo lo mejor que puedo.
Los viajes internacionales. Ya emplea usted pasaporte boliviano, cómo están marchando los trámites de su naturalización?
En este momento llevo un mes que ha sido realmente un suplicio con tanto trámite de la residencia definitiva. En estos días estoy terminando ya la tramitación que duró más de un mes de mi residencia.
¿Que opinión le merece la llegada de Carlos Romero a la presidencia de Sport Boys?
Yo no soy imparcial en este tema porque yo siempre he considerado a Carlos Romero más que un ministro, es un amigo y cuando lo fui conociendo supe de sus debilidades futbolísticas y ahora me sorprendo con la noticia de la presidencia de Sport Boys. Yo creo que es muy importante que gente como Carlos Romero, que para mí es una persona sensata, seria, llegue al fútbol, es una buena noticia.
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lunes, 9 de marzo de 2015
Xabier Azkargorta, director técnico de Bolívar, que cumple un año al mando del equipo “Bolívar es un club muy austero”
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