Bolívar tuvo otra tarde impresentable al perder ayer 2-1 ante San José, en el partido que se jugó en el estadio Hernando Siles por la undécima fecha del certamen Clausura de la Liga.
La historia es repetida: ¡el equipo no funciona! Tampoco existe alguna esperanza para el futuro, al contrario, empeora cada vez más.
Ha pasado más de la mitad del campeonato y los celestes siguen sin reaccionar. Mientras su técnico Ruben Insua sigue repitiendo el discurso de que su equipo está "progresando”, en la cancha se ve otra cosa: un elenco sin identidad, improductivo, desganado.
Con dos línea de cuatro, los santos le complicaron el panorama a Bolívar desde el inicio. Marcos Ferrufino ordenó tapar las subidas de los laterales, Francisco Rodríguez y Erwin Saavedra, y el local no supo encontrar el camino para inquietar a la defensa orureña que lució bien ordenada.
Pasaron 18 minutos para que la Academia tenga la primera opción. Juan Carlos Arce ganó en velocidad y con un pase preciso dejó solo a Juan Miguel Callejón que no pudo definir ante el golero Juan Carlos Robles, que le ganó en el mano a mano.
San José fue creciendo en la cancha y comenzó a salir por las bandas con Enrique Parada y Jhosimar Prado por las bandas; además del juego siempre peligroso de Abdon Reyes y Augusto Andaveris, que se dieron modos para inquietar a la defensa bolivarista.
Cerca a la media hora el dominador era la visita, que con dos electrizantes jugadas se perdió la apertura. Primero Andaveris no pudo darle dirección a un cabezazo y luego un remate del atacante Luis Alí salió cerca del poste izquierdo de Quiñónez.
La hinchada académica comenzó a silbar a su equipo que no hacía pie en la cancha y pese a que Saavedra se perdió otro mano a mano con Robles, el primer tanto fue orureño con un remate de Jhosimar Prado, que luego de pegar en Facundo Cardozo, se fue por encima de Quiñónez y se decretó la apertura sobre los 44.
Segundo tiempo
Con el tiempo en contra, Bolívar se desesperó en el segundo tiempo y pese a que tuvo una leve mejoría, no fue suficiente para inquietar a un rival que seguía firme atrás, aunque con más licencias que en el primer tiempo del juego.
Insua metió tres cambios, pero ni Rudy Cardozo, tampoco José Capdevila y menos Iván Borghello fueron la solución que todos esperaban. El equipo está partido y desde el banco parecen no darse cuenta.
Cuando concluía el partido vino el golazo de la tarde. Jorge Ayala, que había ingresado minutos antes, vio adelantado a Quiñónez y desde aproximadamente 55 metros clavó el disparo al ángulo derecho para asegurar la victoria a los 42.
Antes del final le cometieron un penal a Borghello y Arce se encargó de marcar el descuento, aunque no hubo tiempo para intentar la hazaña.
El rendimiento de Bolívar es preocupante, el equipo no hace pie ni en la Copa ni en la Liga, en ambos torneos está a punto de quedar al margen, y la mano de Insua no se ve en la cancha.
El jueves Bolívar se juega su permanencia en la Copa, que a este paso va camino a ser el primer fracaso en esta era.
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