Bolívar se fundió en su ineficacia ofensiva, y pagó una factura cara. Anoche se le fue de las manos una clasificación alcanzable a octavos de la Copa Libertadores;el argentino Racing vino, especuló, enfrió el juego y vuelve a casa con un empate gigante (1-1) y el billete a la siguiente ronda.
Olvidable encuentro el que se puso en escena en el rectángulo miraflorino, y peor aún por haberse haberse rendido el local ante un oponente le hizo un monumento al antifútbol, porque sabía que visitando el piso por todo y por nada, a la hora del balance éste expediente le venía de maravilla para conseguir el objetivo: seguir de pie en el certamen.
El uno a uno resultó tedioso, porque el celeste que no tuvo una pizca de audacia para romper la poblada y ordenada defensa alibeceleste porque las ideas no emergieron y equivocó el camino, porque el juego aéreo que llevó a zona roja, resultó ineficaz, favoreciendo al libreto de la gente de Facundo Sava.
Ciertamente resultó grande el desafío para los bolivaristas, porque estaban obligados a ganar con dos goles de diferencia, y eso se hizo inalcanzable, porque pese a que Racing le regaló el balón, y a cambio fincó sus expectativas en aquello de administrar bien el tiempo y espacio en una contienda gris, por lo que luego festejaron.
LOS GOLES
El tanto de apertura fue bien estructurado por el atacante argentino Gastón Cellerino, quién ejecutó una tijera perfecta de derecha, al recepcionar el centro medido de Jaime Arrascaita (24’ ST). El experimentado Saja no vio el viaje del “balazo”.
La igualdad llegó con la complicidad del meta celeste Romel Quiñonez, quién ante un centro anunciado desde la derecha no alcanzó a despejar la pelota que pegó en el vertical derecho, y Roger Martinez que había ingresado por Romero, la empujó adentro con el frontal (28’ ST).
EL PARTIDO
El primer tiempo del partido ha sido despilfarrado alarmantemente por Bolívar, porque enfrente estaba un contendor que se mezquinaba a responder los tímidos viajes a tres cuartos de cancha y para colmo no pudo buscarle la vuelta a su ineficacia. Muchos balones pasaron por los botines de Iván Borhello y Gastón Cellerino que no daban pie en bola, pese a la porfía de sus asistentes Erwin Saavedra, Jaime Arrascaita y Rudy Cardozo.
A pesar de ese dominio local, Racing estuvo más cerca de la apertura, porque lo que parecía un centro inofensivo de Videla desde 30 m encontró como obstáculo el vértice derecho del arco de Quiñonez (18’ PT).
En la recta final, donde se sucedieron los goles, y bien es cierto que hubo más opciones para convertir, pero a pesar de los cambios que hizo el técnico Insua, la confrontación no acusó una mejoría y al final Racing se alzó con el festejo, en una noche que dejó una imagen chata de fútbol.
Genaro Orellana
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