sábado, 16 de abril de 2016

Bolívar, más vivo que nunca



Con un empate (1-1) anoche frente al Deportivo Cali en Colombia —eliminado de la carrera—, Bolívar no solo ha vuelto a nacer en la Copa Libertadores sino que, a falta de la última jornada del Grupo 3, depende de sí mismo para clasificarse a los octavos de final. Para lograrlo deberá ganarle el miércoles en La Paz al argentino Racing Club con la condición de que sea por dos goles de diferencia como mínimo.

Parecía que la noche se venía encima para la Academia, que empezó perdiendo ni bien los dos equipos saltaron a la cancha; sin embargo, supo reponerse y, sobre todo en la segunda mitad, pasar a ser actor fundamental del juego, porque lo necesitaba, e incluso con posibilidades de ganar.

El primer ataque del Cali fue gol, pues apenas habían transcurrido 3 minutos de juego: Jhon Lozano convirtió de cabeza en el segundo palo. Es que un centro, luego de tres toques colombianos, que alcanzó a cruzar Edemir Rodríguez, hizo que la pelota se elevara y dejara sin chance al golero Romel Quiñónez (1-0).

Ese arranque desconcentró a Bolívar, lo atufó, porque era demasiado temprano, hasta pudo sufrir el segundo antes de los 10: por ejemplo, Nelson Cabrera salvó evitando que la pelota traspusiera la línea luego de un disparo de Casierra que dejó en el camino a Quiñónez; y, después, el golero puso la mano ante un disparo a quemarropa de Sambueza.

Acto seguido, a los 12, fue el turno de Bolívar, aunque con un ataque esporádico. Pudo ser gol, sin embargo el toque de Gastón Cellerino ante un centro de Sánchez Capdevila encontró bien al arquero Luis Hurtado. De ahí se abrió un paréntesis hasta la media hora. En ese lapso el juego se hizo aburrido, hubo pequeñas batallas en el medio. Ningún peligro.

En cambio, cuando despertaron los dos, toda la recta final de esa etapa fue de Bolívar, que equilibró el juego, controló el medio y atacó, e hizo méritos para empatar en dos jugadas que de milagro no entraron: Hurtado le tapó primero a Sánchez Capdevila y después un zaguero se cruzó justo y evitó el tanto de Cellerino.

En la segunda etapa, la Academia jugó como debía, no le tuvo miedo a su condición de visitante y menos al rival, al que supo manejar y empezó a atacar con insistencia. El técnico Insua reforzó de mitad de cancha para adelante y fue lo correcto. Hasta que llegó el empate a los 21. Fue una jugada sencilla pero bien hecha: un saque lateral rápido, centro de Sánchez y cabezazo de Cellerino.

En los minutos siguientes se dio un ida y vuelta. En una de esas, el palo salvó al cuadro boliviano tras una definición de Sambueza. Pero a la larga, Bolívar se dio cuenta de que ya no había que arriesgar y era mejor cuidar el empate, lo hizo bien, sin meterse atrás, y celebró en el final. Se lo creía cuando menos “moribundo” y ahora está más vivo que nunca.

La figura - José Luis Sánchez Capdevila

Se ‘comió’ el lado izquierdo de la cancha. Casi nunca lo pasaron. Y cuando fue adelante, hasta merecía el gol. Su centro sirvió para el 1-1.

El árbitro - bien

Julio Quintana (paraguayo) sacó varias amarillas, así frenó el juego a ratos muy fuerte y tuvo el control del partido todo el tiempo.

Los datos

De los dos

Al comienzo parecía que Cali se lo iba a comer a Bolívar, con gol de apertura tempranero incluido. Tras la media hora, el partido pasó a manos celestes y ya entonces merecía el empate.

Parecido

El segundo periodo tuvo el mismo tono: empezó fuerte el equipo local, pero se fue apagando. Bolívar igualó y después controló el juego que le era útil.

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