— ¿Cómo encuentra a Bolívar este su octogésimo octavo aniversario?
— Es un Bolívar muy fuerte, gracias al cambio que se ha hecho. El club tiene una nueva estructura y sacó el problema económico del vestuario. La parte del dinero, la crematística se maneja en otro lado. En el club se honran los compromisos y felizmente no tenemos esos problemas de deudas por salarios, porque hay un presupuesto anual y se lo mantiene a ultranza.
—¿Por qué considera que el club se pone en la vanguardia de las innovaciones?
— Se demostró que a través del tiempo el Bolívar siempre fue un innovador, el que trató de cambiar los cánones, buscó nuevas fuentes para traer jugadores y técnicos de distintas latitudes, de Europa, de Sudamérica, y eso ha continuado porque quiere cambiar en cuanto a sí mismo y por tanto ser un pionero.
En 1977 dio pasos para cambiar al fútbol de Liga y fuimos los pioneros en transformar una institución deportiva en una empresa deportiva. No nos gusta más de lo mismo, nos gusta cambiar, ser distintos.
— ¿La asignatura pendiente es obtener un título internacional?
—Es un sueño, una flecha señaladora de camino, quisiéramos tener títulos internacionales, hubo tiempos en los que estuvimos cerca. Salimos terceros en la Libertadores y subcampeones de la Sudamericana. Hoy, lo veo un poco más difícil porque el fútbol boliviano dio un retroceso a partir del año 1994. Esa vez nos codeamos con los mejores del mundo, sólo perdimos la apertura del Mundial con Alemania por un gol de diferencia.
Bolivia hizo representaciones dignísimas, pero caímos en picada y es muy complicado pelear contra el desarrollo de la región. Sin embargo, tenemos muchos retos para pelear. Por ejemplo, después de 12 años de sequía volvimos a una tercera fase de la Copa Libertadores.
— ¿Qué Bolívar se imagina en el centenario de su fundación?
— Quisiera un club con muchos más títulos, ojalá que tenga al menos 25 campeonatos, sería lo ideal; y lo segundo, que tenga una infraestructura que le permita albergar a su primer plantel, a las divisiones inferiores y a sus escuelas. Que éstas se multipliquen, que no sean mil alumnos, sino que sean muchos niños en el club. El gran deseo es que Bolívar alcance una connotación social que no sea sólo deportiva, que se dedique a formar ciudadanos de bien para el país, de los cuales un porcentaje bajo sea para el fútbol. Que por aquí pasen niños y jóvenes que se formen como gente de bien para contribuir a su ciudad y a su país de una manera mucho más positiva.
— ¿Está cerca el Centro de Alto Rendimiento para el club?
— No me gusta hablar de un CAR, confundimos y ése no es el tema. En el CAR se prepara a la gente para superar los dos centímetros que necesita para ganar la competencia de salto con garrocha, a la niña que pretende ganar medalla en gimnasia. La idea es tener una centro de entrenamiento, una ciudad deportiva si es que queremos darle un nombre mas rimbombante.
En La Paz es difícil, quisiéramos tener unas 30 hectáreas como los grandes clubes. Nos conformamos con un centro de alto nivel con todos los instrumentos de enseñanza para entrenar. La idea es que sea formador de formadores, un lugar con gimnasio, piscina y campos de arena. Ojalá se incluya un colegio para que nuestros muchachos tengan ahí un centro de estudios y sirva a la zona donde esté ubicado. El club tiene que cumplir una función social, debe involucrarse en eso.
— ¿Y el estadio?
— Debe el club tener uno, ¿pero dónde? El estadio exige condiciones, tiene que haber estacionamientos, accesos y salidas. Un escenario como el Hernando Siles queda desalojado totalmente en una media hora. Pienso en el sistema de transporte, en las avenidas de acceso y salida que se necesitan. No es pensar como en otras ciudades en las que hay espacios, La Paz es muy complicada.
— ¿Se puede pensar en una plantilla con el número mínimo de refuerzos extranjeros y con la base formada por jugadores del club?
— Trabajamos desde hace cinco años con las divisiones inferiores, somos el único que ha contratado un cuerpo técnico serio, estable y dedicado exclusivamente a formar chicos y los resultados son buenos, sería mejor si hubiera ayuda de la FBF, si tuvieran dónde competir con fuerza y seriedad. Tenemos que rogar para jugar en la AFLP y lo hacemos por poco tiempo. Cuando la Liga tenga competencia real podremos sacar muchos jóvenes. En el club han debutado unos 11 chicos y varios han llegado a la selección, estamos en el buen camino y ojalá que encontremos la ayuda para un trabajo serio.
— ¿Cuál es la realidad económica del club?
— Recibimos la entidad con 7 millones de dólares de déficit. En este tiempo se hizo un esfuerzo para reducir la deuda, estamos en vías de decir que las deudas del pasado quedarán en cero. Ahora tramitamos el pago de los últimos impuestos que debemos. Ojalá que se logre sanear y de esa manera nos quedarán menos juicios de una decena que nos han quitado tiempo, esfuerzo e hígado.
— ¿Cuándo estima que se cubrirá todo?
— Este año y tendremos deudas correctas de la actual gestión. El Bolívar será una entidad con su economía saneada y vendrán mejores días.
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