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viernes, 17 de mayo de 2019
El poderío celeste tuvo a sus cinco magníficos
El nuevo título de Bolívar tiene un sello: el poderío ofensivo del equipo. Y es que no es poca cosa ser campeón habiendo convertido goles en todos los partidos jugados.
La Academia tiene 63 tantos en 24 encuentros, eso da un promedio de cerca de 3 por cotejo (2,62). Se nota que su producción de mitad de cancha para adelante ha sido realmente determinante.
Pero hay un dato todavía mayor: si bien el técnico César Vigevani utilizó a 29 futbolistas, solo 10 de ellos hicieron goles. De éstos, el mayor porcentaje de anotaciones está concentrado en la mitad: entre cinco convirtieron 54, es decir el 85%. Un altísimo porcentaje.
Se lleva la flor el español Juan Miguel Callejón: tiene 17 tantos (el torneo aún no ha terminado). No es delantero neto sino un armador, pero aparte de asistir, resultó muy peligroso a la hora de convertir. Lo hizo en jugadas en movimiento, de tiro libre y también un par de lanzamientos penal. Su aporte fue valiosísimo.
Los dos siguientes de la lista, ambos argentinos, sí son hombres-gol por sus características y entre ambos se repartieron las dianas que alegraron a sus hinchas.
Marcos Riquelme, ya un hombre de la casa, convirtió 13. A no dudar que la cifra pudo ser más amplia si en algunos partidos el arco no se le cerraba. Sus características lo llevaron además a ser el acompañante ideal de Callejón. Y bien es cierto que también hizo hacer goles.
Casi como él, Jorge Pereyra convirtió 10. Nada mal para un recién llegado. De los refuerzos que trajo Bolívar para esta temporada fue uno de los más rendidores, probablemente detrás del golero Saidt Mustafá, aunque sin haber jugado mucho. Ingresó perfectamente en el andamiaje ofensivo celeste.
De pronto, ahí aparece Erwin Saavedra. Quién diría. Jugó en muchas temporadas como lateral derecho, a veces un poco más adelantado. Subía y bajaba, agarraba picos altos y bajos. Pero ahora Vigevani le halló un lugar en la mitad de la cancha que lo convirtió en todo un peligro para los rivales: rápido, hábil, encarador y definidor. En esa faceta, y en su mejor expresión futbolística, anotó 9 goles y alguno de ellos de muy buen nivel. Y hasta salvó partidos. Para mucha gente fue la figura del equipo en el torneo. ¡Por qué no!
Y entre los cinco magníficos no podía faltar el capitán: Juan Carlos Arce tuvo menos presencia goleadora (6), pero cuán importante fue en la producción ofensiva. No hay que olvidar que hizo dos importantísimos goles en la recta final: uno a Royal Pari para la victoria de la Academia en Santa Cruz (1-2) y otro en la adición del juego en La Paz ante Real Potosí (4-3), el cuarto —a los noventa y tantos minutos— cuando parecía que el empate estaba casi sellado. Y en general jugó para el equipo siendo un baluarte permanente.
“El punto débil del equipo fue el sector defensivo por varios factores. Hubo errores colectivos”, admitió Vigevani esta misma semana. Recibir 31 goles en contra no son pocos para un campeón. Por eso quizás se acrecienta el valor de lo hecho de mitad de cancha para adelante.
Hernán Rodríguez (3), Diego Bejarano (2), Leonel Justiniano (1), Thomaz Santos (1) y el Sub-20 Erick Cano (1) fueron los otros celestes que tuvieron ese idilio con el gol.
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