Decíamos que don Mario Mercado Vaca Guzmán tuvo el afán de buscar un local para la sede administrativa del club Bolívar y dejó como un importante legado el Centro Comercial de la calle 17 en Obrajes, pero lo que no dijimos fue que este legado corría el riesgo de perderse totalmente junto con otros bienes del club Bolívar cuando la presidencia de la institución la ejercía Mauro Cuéllar Caballero.
En efecto, este mal presidente comprometió todos los bienes del club Bolívar en sendos préstamos reales y ficticios.
Por más de cinco millones de dólares que él gastó a su regalado gusto inclusive dándose el pisto de enviar a México una delegación con más de 11 dirigentes, que naturalmente lo apoyaban. Muchos de los préstamos aparecían con nombres de personas irreales y otras que sin haber tenido dinero figuraban como acreedores de cientos de miles de dólares.
En el juicio que se le siguió a Cuéllar esas personas declararon no ser acreedores, pero sin embargo figuran en el pasivo.
Felizmente cuando ya el club iba a entrar en quiebra total, el actual presidente , Guido Loayza, don Alfredo Rojas, el Dr. Jaime Gemio, el Dr. Jorge Burgoa, Lotar Kercher , Omar Garnica y quien suscribe esta nota, formamos un comité de protección al patrimonio del club Bolívar obligando a Cuéllar a renunciar a la presidencia del club.
Felizmente, el ing. Loayza trajo al club Bolívar al empresario Marcelo Claure con quien logró sanear la economía en duda y actualmente él sostiene la institución en base a un convenio y sus aportes personales. De esta manera hacemos justicia a la justicia declarando que el patrimonio del club bolívar corría en trance de perderse en manos del directorio de Cuéllar y no del actual.
Para bien de la institución, los antiguos y nuevos dirigentes tenemos el común propósito de continuar engrandeciéndola como siempre fue un verdadero referente de progreso del deporte nacional.
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