Bolívar en sus filas tiene actualmente a uno de los mejores delanteros del país. Juan Eduardo Fierro habló con DIEZ y contó sus experiencias como futbolista. Dentro de sus anécdotas están sus dos lesiones que lo marcaron y que casi lo alejan para siempre del fútbol y de sus sueños que aún tiene por cumplir.
El ariete recuerda con mucho dolor esas amargas experiencias, pues en ambas lesiones corrió el riesgo de dejar de caminar. Sin embargo, a pesar de los momentos ingratos, Fierro guarda en su corazón buenos recuerdos como futbolista.
Todo comenzó en las inferiores del club Blooming, donde Fierro se formó y debutó en esa institución. Años más tarde tuvo un paso fugaz por el fútbol brasileño y el árabe. Ahora en Bolívar espera consolidarse como uno de los mejores delanteros del país y conseguir el tan ansiado tricampeonato con la academia paceña. Tampoco es ajeno a la vida familiar, Fierro tiene una hermosa familia, donde sus tres hijos son su inspiración para seguir adelante cada día.
Su mejor momento en Bolívar fue en la temporada anterior, cuando comandaba el equipo Beñat San José. Con el español llegó a jugar varios partidos de titular, siendo uno de los artilleros. Su aporte fue clave para los dos torneos que logró Bolívar.
¿Cómo inició esta aventura en el mundo del fútbol?
Todo comienza cuando mi papá me llevó a Blooming a mis 14 años, ahí fue donde todo se inició. Rápidamente me fue bien, luego, cuando ya estaba por cumplir mis 15 años, salí goleador de toda la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF). Y así ascendí al primer plantel de Blooming, donde a mis 16 años debuté en primera división. Ese fue el primer paso de mi carrera futbolística.
¿Pasaste por la Academia Tahuichi Aguilera, como casi todos los grandes jugadores cruceños?
No, para nada, me formé en Blooming. Recuerdo que una vez fui a la Tahuichi cuando daba mis primeros pasos en el fútbol, pero solo estuve una semana.
¿Siempre fuiste delantero?
Siempre lo fui, aunque al comienzo me gustaba jugar más por fuera. Era delantero extremo, pero con el tiempo en Blooming me convirtieron en centrodelantero.
¿Qué recuerdas de tu debut?
Estaba feliz, era un sueño que estaba cumpliendo, estaba algo nervioso, fue algo muy lindo que nunca olvidaré. Jugamos ante Wilstermann en el estadio de Real Santa Cruz, donde, si no me equivoco, empatamos 0-0 o 1-1. De lo que estoy seguro fue que en ese partido el resultado fue con el marcador igualado.
¿Cuándo terminó este cotejo cómo te sentiste?
Recuerdo que estaba realizado, empezaba nuevas metas, nuevos sueños, quería ser titular y salir fuera del país.
¿Recibiste el apoyo de tus padres?
Siempre, ellos fueron mi gran apoyo. De joven les dije que quería ser jugador, por lo que tuve que terminar el colegio en la noche porque no me daba el tiempo, pues con el primer plantel viajaba o estaba en concentraciones; hubo veces que no podía ir al colegio, pero así salí adelante.
¿Sos el único futbolista de tus hermanos?
Somos cinco y yo soy el menor. De mis hermanos ninguno se dedica al deporte, soy el único.
¿A qué profesor recuerdas con más cariño?
Recuerdo a varios, están por ejemplo el profesor César Soto y Leodoro Luján.
¿Qué recuerdas de tu paso por La Paz Fútbol Club?
Muchas cosas. Recuerdo que mi llegada fue medio rara porque me lesioné en Blooming cuando era muy joven y me frustré bastante. En dos oportunidades estuve a punto de dejar el fútbol por graves lesiones, y esa fue la primera. Me costó recuperarme y decidieron prestarme a La Paz FC, que era un equipo recién ascendido, logrando clasificarnos a una pre-Libertadores. A mí me fue bien, hice varios goles, luego regresé a Blooming y en 2009 salimos campeones.
¿Qué opinás de la desaparición de La Paz FC?
Es triste lo que pasó con ese club, la verdad que es para lamentar. Tengo muchos recuerdos, pues éramos un equipo superchico, pero aún así logramos salir subcampeones. Fue algo lindo, vine lesionado, pero La Paz FC me levantó la moral, hice varios goles y conseguí cosas buenas.
¿Qué tipo de lesión sufriste?
Sufrí de un desprendimiento del ligamento de la rodilla derecha; me dejó fuera de las canchas por seis meses, no me operaron.
¿Esta lesión te hizo ver que el fútbol es pasajero?
Sí, la verdad que me hizo pensar mucho, era muy joven y en un momento pensé que no jugaba más al fútbol. Tendría unos 18 años, pero tuve suerte y me recuperé
¿Qué sucedió después?
Volví de La Paz FC a Blooming y salimos campeones, y el club me prestó a un empresario brasileño, que me llevó a jugar a Brasil. Estuve todo el 2010 jugando allá.
¿Cómo te fue?
La verdad no me fue muy bien, no era como lo esperaba, no pude demostrar lo que quería, pero aprendí bastante. La verdad es que salir me hizo bien por la experiencia que adquirí.
¿Qué diferencias encontraste en relación con nuestro fútbol?
Muchísimas la verdad, es súper difícil, me sirvió para tener más experiencia. Regresé, como se dice, más fogueado.
¿Regresaste a Bolivia con más experiencia?
Sí, fui a Universitario de Sucre donde me consolidé como jugador. Me fue bien con el profesor Eduardo Villegas, salimos campeones.
¿Luego vino tu experiencia en un país islámico?
Sí, me fui a Arabia Saudita, jugué en un equipo de la primera división (Al-Faisaly), donde no me fue tan bien, me costó acostumbrarme y no me adapté a ese país. Es muy difícil acostumbrarse a sus costumbres o a su religión, es un cambio de vida rotundo. Hice una pretemporada en Italia, marqué goles, pero no me acostumbré. No quería estar solo y era difícil que mi esposa vaya porque allá las mujeres no pueden conducir ni se les permite salir sin el permiso del marido. Mi esposa tenía que estar vestida con velo y encima tapada. De verdad que es difícil, no encontré un colegio para mi hijo mayor, así que decidí rescindir mi contrato y regresar al país. Llegué a Sport Boys y luego a San José, donde tuve una lesión que me alejó del fútbol otros seis meses.
¿Qué clase de lesión fue?
Sufrí de una hernia de disco, donde la verdad me sentí mal, estaba destrozado, y sufrió bastante mi familia. No podía dormir en la cama, y por ello me acostaba en el piso. Debía hacerme una cirugía, pero nadie me aseguraba que iba a volver a caminar. La verdad que fue otro momento muy duro de mi carrera.
Recibí consejos, recuerdo que Álvaro Peña, que era el entrenador de San José, me dijo que no me opere. Esperé y luego fui a un naturista, que me sanó. Tuve suerte, volví a las canchas de a poco, aunque me costó mucho.
Una vez me sentí bien decidí comenzar de nuevo. Petrolero me abrió las puertas, el técnico mexicano David de la Torre me dio la confianza. Hice un par de goles, después volví a Universitario y ahora mi realidad está en Bolívar.
¿Considerás que fue la etapa más dura de tu carrera?
Pienso que sí, tuve que superar muchas cosas en esta lesión. Me preocupaba no volver a jugar, pues yo vivo del fútbol y en esos momentos difíciles pensé en mi hijo. Pasaban muchas cosas por mi cabeza y por ello estaba muy preocupado.
¿Pensaste en estudiar?
Sí, en su momento, pero luego al volver ya no pude, el fútbol es para dedicarse al ciento por ciento. No hay tiempo para otras cosas, es complicado estudiar y jugar. Ahora no cierro la oportunidad, quizás más adelante estudie una carrera, no descarto estudiar la dirección técnica.
¿Cuáles son tus metas?
- Salir campeón una vez más con Bolívar. Estoy contento por los nuevos retos, se viene la Libertadores y debemos hacer bien las cosas. Ahora no estoy tomado en cuenta, pero lucharé por un puesto, como siempre lo hice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario