Las primeras horas del argentino Gastón Cellerino en La Paz no fueron gratas debido a que la altitud le juega una mala pasada a su organismo.
"Anoche (domingo) no pude dormir y espero hoy (ayer) hacer la siesta y poder comer algo, pero mi cuerpo sintió los efectos de la altura”, admitió Cellerino, quien fue presentado ayer por el presidente de Bolívar, Guido Loayza.
"Lo vamos a llevar de a poco, porque si hubiese sido al lado del mar, todo sería diferente. Pero debemos tomar en cuenta que estuve dos meses parado”, agregó el futbolista.
El Tanque realizó ayer un trote liviano alrededor del campo de juego. La exigencia aumentará en el transcurso de los próximos días. Reconoció que existe un gran grupo humano en Bolívar y la recepción fue buena.
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