Cada que llega Bolívar a Buenos Aires, a Horacio Chiorazzo se le pone la piel de gallina, como se estila mencionar allá por las tierras bonaerenses. Chiorazzo se emociona, visita al plantel, saluda a los viejos amigos y recuerda los mejores años de su vida, como rememora el ex atacante del club celeste. Ayer no fue diferente, Chiorazzo estuvo en el campo de entrenamiento del club Bolívar, saludó a los jugadores, al DT Insúa y hasta tuvo un intercambio de opiniones con medios nacionales. Tras la emoción, vino el momento de tristeza, según escribió Horacio en su cuenta de facebook: “Siento que no se si es conveniente para mi ir a saludar cuando viene Bolívar. Sí, es lindo saludar a gente amiga, pero me vuelvo a mi casa con una tristeza... una melancolía... de saber que nunca más voy a vivir esa vida de viajes, entrenamiento, fútbol, hotel, Copa libertadores. Llego a mi casa y me da ganas de tirarme a dormir. Solo aquel que jugó sabe de que hablo. Siempre digo que el jugador de fútbol tiene el problema de que muere dos veces . La primera muerte es el día que te retiras”. Testimonio elocuente de un grande.
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