viernes, 1 de mayo de 2015

El año de las lesiones celestes



A la vez que se ha convertido en el club más exitoso del último año en lo deportivo, Bolívar ha sido el plantel más golpeado por las lesiones. Semifinalista de la Copa Libertadores de América el año pasado, campeón del torneo Apertura de la Liga en 2014 y casi campeón del Clausura en 2015 —está a punto de obtener el bicampeonato nacional—, ha tenido que librar duro con las “caídas” de sus “guerreros”.

Hasta el técnico, el español Xabier Azkargorta, se lesionó una vez por pisar mal cuando dirigía al equipo en un partido jugado en el estadio Hernando Siles. El año pasado, la lesión más fuerte la sufrió el zaguero Edemir Rodríguez jugando un cotejo de la Libertadores en Brasil frente al Flamengo. Su recuperación tardó bastante, duró nueve meses. Recién hace poco ha vuelto a la cancha.

Rodríguez, Rudy Cardozo y Jaime Arrascaita cayeron al quirófano para recuperarse. Lo propio les pasó a Wálter Flores y Gerardo Yecerotte, con distinta gravedad. A pesar de esos problemas, a la Academia le fue bien en lo deportivo. Sin embargo, ahora se han triplicado las lesiones durante el primer semestre de 2015.

En lo que va del Clausura ya fueron intervenidos quirúrgicamente José Luis Sánchez Capdevila —el caso más delicado—, Juan Carlos Arce y Jaime Arrascaita. En ese sentido, arduo trabajo tiene el cuerpo médico de Bolívar, que lo conforman sobre todo el médico Guillermo Aponte y el fisioterapeuta Omar Rocha.

“En el torneo Apertura no tuvimos muchas lesiones, solo fueron seis derivadas de traumas; pero en este certamen Clausura, en lo que va en las 18 jornadas jugadas, hasta el momento tenemos 19 casos, de los cuales 18 son por traumas, y uno es muscular, el de Carlos Tenorio, que es un desgarro de segundo grado”, informó Aponte.

Las lesiones denominadas traumáticas “no se las puede evitar, porque generalmente se producen por golpes dentro de un partido y derivaron en lesiones en ligamentos, tobillos, fisuras y fracturas, como son los casos de Luis Gutiérrez, Nelson Cabrera, José Luis Sánchez. Se dan a consecuencia del juego recio que no es controlado por los árbitros”.

Para Rocha, “todas las lesiones traumáticas son circunstancias de partido, ya que el fútbol es un deporte de contacto, por tanto estos problemas no se los puede prevenir: hay molestias de rodilla, también en los tobillos, a nivel de la tibia, los hombros, la clavícula. Sí se puede prevenir o precautelar las lesiones musculares, que hemos tenido muy pocas porque precisamente hemos trabajado en evitarlas”.

Conjuntamente el cuerpo técnico, Bolívar trabaja en detalles para que, por ejemplo, haya una buena recuperación tras los partidos, se realizan controles de cargas de trabajo, dosificaciones, buenos estiramientos, etcétera. “De esta forma se pueden controlar las lesiones o disminuir la incidencia sobre las cargas, fatigas musculares, distensiones, desgarros, o molestias de esa naturaleza”, agregó Rocha.

También hizo notar que por la práctica en un deporte de contacto “se tienen lesiones óseo articulares, tendinosas y musculares, y ellas se dan también por la influencia de los pisos duros, en muchos casos con césped alto e incluso el uso de botines no adecuados”.

Los datos

Menos. Según los médicos, el año pasado Bolívar tuvo más partidos (entre Copa Libertadores y torneos de la Liga), pero menos lesiones; en cambio, ahora es al revés.

Más. A propósito: en el torneo Apertura jugado en 2014 solo hubo seis lesionados; en el Clausura de 2015 que está por terminar ya son 19 casos.

Contacto. Al ser el fútbol una disciplina de contacto, es más factible que se produzcan lesiones de tipo traumático.

‘Aquí los árbitros dejan jugar demasiado fuerte’

El año pasado, Bolívar jugó más partidos —entre Copa Libertadores de América y torneos de la Liga—, pero tuvo menos lesionados que ahora. En esta mitad de 2015, si bien actuó en menos ocasiones (solamente el certamen doméstico), la incidencia de las lesiones “creció ostensiblemente”, de acuerdo con el informe brindado por el médico Guillermo Aponte.

Esto se ha dado “como consecuencia del juego fuerte, lamentablemente aquí no se practica el famoso fair play, los árbitros dejan jugar demasiado fuerte, no cortan a tiempo muchas veces las jugadas malintencionadas de los rivales y entonces ello incide bastante”. Para Omar Rocha, el único que puede controlar o prevenir estos problemas físicos es el árbitro “evitando que el juego derive en mucho roce, demasiado golpe, que lamentablemente se da”.

“No podemos hablar de errores en la labor física, porque aquello lo programa el cuerpo técnico de acuerdo con una planificación de tiempos de torneo. Si bien hay una continua coordinación con el área de salud, nosotros debemos acatar la planificación establecida”. Antes, durante y al final de cada certamen, el cuerpo técnico elabora una labor ya sea de micro o macro ciclo de trabajo. El cuerpo médico “solo hace el control y seguimiento adecuados”.

Aponte recordó que cada jugador, de acuerdo con su organismo, tiene un trabajo específico. “Se debe controlar cargas de trabajo, etapas de recuperación en base a fisioterapias, masajes, suministro de vitaminas, pero lo que los médicos no pueden hacer es lo relativo a prevención de traumas, que aparte del juego fuerte son también consecuencia del mal estado de algunos terrenos, que tienen una incidencia en las lesiones de jugadores”.

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