jueves, 22 de marzo de 2018

El amor a primera vista de un chileno por Bolívar



Jorge Fernández se hizo bolivarista en apenas medio año, el tiempo que su hijo Ronnie jugó en Bolívar el año pasado. Aunque el futbolista tuvo un fugaz pero exitoso paso por la Academia, él le tomó cariño al club y, a lo lejos, desde su natal Chile, no lo olvida y está atento a cada paso que da la Academia en la competición nacional e internacional.

Fernández padre inunda sus cuentas en las redes sociales con detalles alusivos a Bolívar, se nota que sigue todos los partidos, vía Twitter hace vivir a sus seguidores cada presentación académica y gane o pierda el equipo, se siente orgulloso de la divisa.

Bolívar “es una gran institución, un gran club y por eso me hice hincha. Soy un celeste de corazón. Sigo ligado a través de las redes sociales, estoy pendiente de los cotejos, los sigo cada fin de semana a través de las transmisiones de internet y aún mantengo buenos lazos de amistad con gente de la dirigencia y con jugadores del plantel. Siempre conversamos con (los futbolistas) Juan Carlos Arce, Mauricio Prieto o con (el jefe de Logística) Josemaría Antezana, siempre estamos comentando de algo. Soy un enamorado de La Paz y de Bolívar”, dice.

Don Jorge llegó a La Paz para acompañar a su hijo Ronnie cuando éste firmó para la Academia el año pasado. Apenas sí tuvo tiempo para conocer una parte del país. Pero lo suficiente para ser un bolivarista más y agarrarle cariño también a Bolivia.

“Ahí nació mi amor por Bolívar, se desarrolló y creció rápidamente. Antes no había tenido la fortuna de conocer Bolivia y la verdad es que con la ida de Ronnie pude hacerlo bien y sentir un cariño inmenso por Bolivia. Para mí fue una dicha y un orgullo ver cómo la gente quería a mi hijo sin importar los conflictos políticos que son de toda la vida; a pesar de ello, cuando uno conoce a la gente, al pueblo porque tuve la oportunidad de estar en varias ciudades de ese país, ve todo el cariño y cómo de bien lo tratan a uno, por ello estoy agradecido a todos y considero que Bolivia siempre será mi segunda casa”.

Aquí vivió apenas seis meses. Ronnie tuvo una gran actuación, fue campeón celeste y de ahí partió al fútbol de Arabia Saudita.

Fernández en las tribunas del estadio Hernando Siles. Foto: Jorge Fernández

“Fueron seis meses y me llamó mucho la atención la hospitalidad y el cariño de la gente. Recuerdo que cuando asistí al primer clásico, fui con temor la verdad, fui solo, me puse la camiseta de Chile, y luego de Santiago Wanderers, pero posteriormente la de Bolívar para sacarme fotos y me pasó una anécdota: junto a otro compatriota con quien me encontré y en plena grada rodeado por gente de The Strongest y Bolívar, me volví a poner mi camiseta de Chile y ganamos el clásico y la gente hablaba mucho del chileno, por mi hijo, y bajando las gradas hacia la calle me reconocieron y entonces me entró miedo, así que dije: ‘acá me van a ahorcar’, pero algunos se acercaron para sacarse fotos e incluso me acompañaron hasta el ingreso a los vestuarios, esa actitud no lo voy a olvidar. Tuvimos seis meses de pura alegría porque viví desde adentro todo el camino hacia el título, viajaba mucho y a través de las redes sociales los informaba en donde estábamos con el equipo, qué se hacía e incluso me convertí en cábala; así nació una amistad y un cariño mutuo que se acrecentó durante todo el tiempo y se mantiene hasta hoy, incluso muchos hinchas de Bolívar ahora son hinchas de Wanderers a pesar de estar en segunda división”.

Desde que regresó a su país trata de ver a Bolívar siempre y se da modos: “Estoy suscrito a Bolívar Tv, pero cuando juega fuera de La Paz me las arreglo para seguir vía internet, siempre estoy al tanto y también en las redes sociales alentándole. El equipo inició súper bien los tres primeros compromisos, ahora lo veo algo incierto porque lamentablemente se fue quedando, la gente se molesta con el plantel, el entrenador no da con el equipo, hubo muchas variantes, veo que hay piezas claves que llegaron y no cumplieron, pero se puede revertir”.

Como no podía ser de otra manera, el miércoles estuvo pegado al televisor para ver a Bolívar contra Colo Colo. “Lo vimos en casa con unos amigos colocolinos y con Ronnie, quien se encuentra aquí por unos días, estuvimos hinchando por Bolívar, aunque dejó mucho que desear, pero tengo fe en que esto se va a revertir”.

Esperará con ansias el partido de regreso. No solo por ver jugar al equipo en Santiago, sino por ir al reencuentro de los muchos amigos que, en seis meses, hizo en Bolívar y que lo impulsaron para que se convirtiera en un bolivarista “de corazón”.

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