lunes, 27 de julio de 2015

Los perros, el otro amor de Óscar Montes



Balton era un perro futbolista. ¡Cómo dominaba la pelota! Verlo en la cancha de Tembladerani era espectacular. Durante 16 años fue el inseparable compañero del asistente de útiles de Bolívar, Óscar Montes.

“Quién no lo recuerda, me siguen preguntando por él. Fue uno de los canes más fieles y cariñosos que tuve. Era muy inteligente. Me lo regaló el técnico Luis Orozco porque él en su casa no tenía espacio para cuidarlo. Lo traje a Tembladerani de cachorro”, rememora Montes.

“Aquí el perrito se convirtió en una atracción por el espectáculo que brindaba, ya que dominaba muy bien la pelota, incluso le hicieron un video en San Roque, fue una de las primeras mascotas que tuve y que apareció en (la red social) YouTube”.

Montes trabaja toda una vida en Bolívar. Desde muy joven. Hizo su familia y casi siempre a su lado ha tenido un perro, o a veces más de uno.

“Desde mi niñez tuve mucho afecto por los animales y más por los perritos. Desde que tengo uso de razón siempre me gustó defender a estos animales, pero hay gente que no sabe entender”.

La última parte de lo que acaba de decir tiene relación con lo que está pasando ahora. Si bien él quiere a los perros, hay gente en Bolívar y en BAISA SRL, la empresa administradora, que no piensa igual.

“Hasta me dijeron que elija, ‘o se van los perros o te vas tú’”, así le pusieron la soga en el cuello.

Es que “la nueva administración, empezando por don Lothar Kerscher y los personeros de BAISA SRL, me prohibieron tener a los animales acá (en el estadio, donde vive su familia), lo que me obligó a buscar un albergue en El Alto, para ellos, por eso estoy triste. Se agarraron tanto con mis animales y contra mi persona en el club, que estoy decepcionado. Me dijeron: o se van tus animales o decidí cuándo te vas tú”.

Óscar Montes sostiene que no le entienden. “Creen que el trabajo de utilería es solamente en horarios de entrenamientos, cuando en realidad muchas veces uno tiene jornadas largas, por ejemplo para encarar los viajes, porque hay que preparar todo. A veces uno tiene que estar horas de horas en el vestuario y ahí es donde mis perritos me acompañaban. Ni eso entendieron los dirigentes y se cerraron”.

Recuerda que cuando era jugador de Bolívar, Óscar Sánchez “antes de fallecer me regaló a Lula, una perra hembra gran danés. Era muy educada e inteligente, pero como yo no sabía en ese tiempo criar animales de raza, le daba comida con muchas grasas y lamentablemente falleció por una hepatitis”.

Todavía tiene fuerzas para seguir en el trabajo

Óscar Montes ha terminado de realizar los trámites de su jubilación. “Ya está, en agosto cobraré mi primera renta”.

Aclara que seguirá trabajando en Bolívar y cuando deje de hacerlo cobrará su jubilación completa, no solo el 50%.

“Dependerá también de lo que digan en BAISA SRL. Es verdad, dejar este ambiente (del fútbol) va a ser difícil, no me veo fuera, además aún tengo fuerzas, pero eso ya depende del club. Ojalá se sensibilicen, ojalá lo haga sobre todo esta administración”.

Su esposa Mireya siempre le ha ayudado, por ejemplo en el lavado de la ropa: “Hasta percibía más que yo. Ahora yo ya gano un poco más, por mi antigüedad”.

“Los tiempos han cambiado. Hoy en día la utilería es más grande, ahora hay más cantidad, antes había solo dos juegos. Pero así como se ha incrementado te aumenta el trabajo, en cambio no te aumentan tu salario”.

Su hijo mayor, Olver, fue futbolista y ahora trabaja en la escuela de fútbol de Bolívar. “Pretendo que sea técnico, que empiece a trabajar en algún club de la asociación paceña”.

Adam “me dio la mejor satisfacción, pues ya terminó sus estudios de Derecho y trabaja en el Tribunal de Justicia”.

Y Patricia “formó su hogar hace cinco años, espero ser abuelo un poco más adelante”.

Está hace 41 años en el club Bolívar

El pasado 16 de julio, Óscar Montes Farfán cumplió 60 años (nació en Huancané, provincia Sud Yungas, en 1955. Hijo de Salvador Montes y Flora Farfán —ella ya tiene 89 años—).

“Ya estoy 41 años en el club. Es mucho tiempo, casi toda una vida. A mis 19 años ingresé a trabajar, entregué mi juventud a la institución. Estoy agradecido con Bolívar, aquí conseguí mi familia, me he establecido”.

Empezó como portero en la casona que tenía el club en la calle Indaburo. “Ahí había departamentos para los jugadores, recuerdo que vivían Arturo Galarza, Luis Gregorio Gallo, Viviano Lugo, Porfirio Tamayá Jiménez, Jesús Reynaldo, futbolistas muy importantes en ese tiempo”.

En su juventud, Montes estudió en la Normal para ser profesor de matemáticas. “Egresé, y cuando tenía que irme a realizar mi año de provincia, decidí trabajar en Bolívar. Primó el fútbol y me dejé llevar, es que siempre fui hincha de este equipo”.

Cuando se retire piensa escribir un libro “y contar lo que pasó en el club desde que yo comencé a trabajar. Por el momento estoy escribiendo mis memorias de estos 41 años. Conocí a mucha gente”.

Está agradecido al club. “Me dio muchas cosas, me permitió conocer todos los países de Sudamérica, gracias a los títulos que logramos, también fui a España y Estados Unidos en varias ocasiones. Y pude también ser parte de la Selección”.


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