El arquero Rómel Quiñónez y el volante Jaime Arrascaita se despidieron ayer de sus compañeros de Bolívar antes del inicio de práctica de la plantel en el estadio Simón Bolívar de Tembladerani, donde el más afectado fue el guardameta.
“Duele mucho dejar el club después de siete años de muchos logros, alegrías, tristezas, compartir con este lindo club, formar parte de esta linda familia, todas esas cosas hacen que uno tenga sentimientos encontrados. No será fácil, pero la vida es así, el fútbol es así”, sostuvo Quiñónez, quien fue cedido a préstamo al club Oriente Petrolero, donde permanecerá hasta fin de año.
El arquero dijo que tomó la mejor decisión para su futuro, porque desea volver al ritmo de competencia, aunque admitió que no será “fácil en Oriente” porque deberá pelear el puesto.
“Tengo muchos sueños, pero ante todo ponerme de la mejor manera antes de que comience el torneo de la Liga”, señaló.
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