jueves, 25 de enero de 2018

Vinicius Eutropio: ‘Estudiaba poco porque adoraba el fútbol’



Vinicius Soarez Eutropio es el nuevo entrenador de Bolívar. En su juventud vendió billetes de lotería deportiva. Se hizo jugador y fue compañero del famoso lateral, su compatriota brasileño Roberto Carlos, exfutbolista del español Real Madrid. Y como entrenador fue asistente técnico de Carlos Alberto Parreira en Sudáfrica durante el Mundial 2010.

— ¿Fue jugador?

— Sí, inicié mi carrera en las categorías de base del club Cruceiro de Belo Horizonte y jugué 16 años profesionalmente. Comencé en América Mineiro, luego fui al Náutico, Figueirense. En Unión Central de Araras fui compañero de Roberto Carlos; y estuve en otros equipos como el Criciuma, con el que fui campeón del torneo Catarinense. También logré el título con Figuerense. Me desempeñaba como volante de marca.

— ¿Y después cómo se hizo técnico?

— Cuando dejé de jugar decidí hacerme entrenador de fútbol, aprendí a ser comprensivo con el jugador, ser optimista, muy organizado, crear un buen ambiente de trabajo y tratar de ser positivo para realizar un buen trabajo a nivel de grupo, que es muy importante en el fútbol.

— ¿Fue asistente de Parreira en el Mundial de Sudáfrica 2010?

— Sí, tuve una experiencia fantástica en mi vida al trabajar con el profesor Parreira en Fluminense y después en la selección nacional de Sudáfrica para el mundial, fue muy linda en suelo africano, aprendí mucho en esa etapa que compartí en el seleccionado.

— ¿Qué línea brasileña maneja como entrenador?

— En Brasil es muy complicado porque hay muchas líneas y una gran cantidad de entrenadores, ahora se está cambiando a un sistema tradicionalista, una línea de transición que se denomina ‘metodología integral’, se trabaja mucho con la pelota para buscar un buen juego con mucha velocidad, respetando también la parte individual en la parte técnica del jugador.

Ahora, las tendencias de Arthur Neto, Carlos Alberto Parreira, Tite se siguen con mucha más frecuencia en sentido de planificación y organización de trabajo.

— ¿Nos puede contar algo de su infancia?

— Como todo ‘garoto’ (niño) fui al colegio, me gustaba jugar al fútbol todos los días, a todo momento; estudiaba poco porque adoraba el fútbol, en ese entonces todos querían ser futbolistas y jugábamos en las calles; en cambio, ahora la violencia que existe en el país no les deja a los niños hacer lo mismo.

Tuve una infancia muy buena, de mucha diversión, sin descuidar ayudar a mis padres, ya que colaboraba con mi papá en vender los billetes de lotería deportiva. Había que cumplir con algunas responsabilidades.

— Aparte del fútbol, ¿practicó otros deportes?

— Sí, me gustó mucho jugar al voleibol y practiqué natación; precisamente por el voley conocí a mi segunda esposa, Roberta Migliori, con la que estoy casado ahora; anteriormente tuve otra pareja con la que tengo a mis hijas Gabriela Fabricio Eutropio, de 23 años, quien trabaja en moda; y Ana Clara, de 12 años.

Vinicius (centro) posa junto a parte de su cuerpo técnico. Foto: Álvaro Valero.

— ¿Cuál es su hobby?

— Me encanta mucho ver películas, porque también es una forma de estar en familia, dejar momentáneamente de pensar en el fútbol, de esa forma uno sale de ese espectro para distraerse o desconectarse, aspecto importante porque uno también debe hallar un respiro y salir de la cotidianidad.

— ¿Por su profesión estuvo mucho tiempo fuera de su país?

— Sí, estuve dos años en Portugal, aquello enriqueció mi trabajo personal, y culturalmente pude conocer también Emiratos Árabes, África del Sur y diferentes regiones de Brasil. Ahora espero enriquecer mi conocimiento con la historia de Bolivia, país que me encanta por diferentes aspectos: geográfico, social, incluso me daré un tiempito para conocer la historia de este lindo y diverso país.

— ¿Es muy complejo en Brasil ser futbolista profesional?

— Yo no salí de una favela, pero sí es muy complicado y difícil llegar a ser jugador profesional, el trabajo en menores es muy competitivo y todos tienen sus ídolos, generalmente a los test de pruebas se presentan entre 2.000 y 3.000 niños para optar por las divisiones menores o escuelas de fútbol de los clubes.

— ¿Qué ambiente encontró en La Paz?

— Me siento sorprendido, la gente es muy atenta y educada, se nota en el trato que nos da a diario. Me interesé mucho por la cultura de este país y trataré también de conocer un poco la ciudad. Entiendo que también tienen lindas regiones turísticas, ojalá pueda haber algún tiempito para conocerlas.

— ¿Qué es lo que más le impresionó de La Paz?

— Me impactó mucho a la llegada observar las casas en los cerros, ver ese nuevo transporte del teleférico, ya hice un paseo. Es impresionante lo referente al cambio de clima, porque noté que en cualquier momento hace mucho calor y luego puede llover o hacer frío, creo que es un lindo y diverso ambiente.

También en la gastronomía: hasta el momento solo pude probar las salteñas, que por cierto son exquisitas, esperemos servirnos de a poco algunos platillos tradicionales.

— ¿Es un reto el que tiene con Bolívar?

— Sí, somos conscientes de aquello. El equipo logró dos títulos consecutivos, ahora tendrá la oportunidad de pelear por un tercero, soy optimista porque noté que hay equipo, con jugadores de experiencia y jerarquía como para alcanzar ese propósito. Y luego también la Copa Libertadores, tendremos a rivales difíciles como Colo Colo, Atlético Nacional y Delfín Sporting, los estamos viendo de reojo y haciendo el seguimiento. Es un lindo desafío el que asumimos y esperamos estar a la altura del mismo.

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