Nacional supo enfriar al contrario y las pocas veces que se propuso salir de contragolpe, arrancó frío en la última línea del anfitrión. Un desenlace que por la inoperancia ofensiva de la ‘academia’, sembró un duro desencanto en su parcialidad, porque anoche le faltó estatura ofensiva, porque sus atacantes jamás encendieron su luces.
El elenco bolivarista intentó un resultado, más que una actuación coherente, porque afloraron errores propios, que el técnico San José llama errores humanos, y a la postre se paga factura, porque al frente estaba un rival que sabe mucho con el balón.
LOS GOLES
Juan Carlos Arce transformó en gol el penal que había sentenciado el juez paraguayo Enrique Cáceres, misma que se dio en dos tiempos, porque el meta Franco Armani tras bloquear el disparo a media altura y al centro, quedó desguarnecido y el propio atacante de cabeza la empujó adentro (10’ ST).
La paridad se desgranó luego de un error garrafal de Leonel Justiniano en la recepción de un balón en zona roja, y Mosquera que no desaprovechó para meterse en zona de sentencia y ante la salida desesperada de Quiñonez, el globo pasa a consideración de Borja que con sutileza envía adentro junto al vertical derecho (24’ ST).
EL PARTIDO
El primer tramo del partido, se hizo un monólogo, los bolivaristas salieron al césped del Siles con el firme propósito de tomar la iniciativa, y el oponente medía los movimientos para cerrar espacios, y se empeñaba en darle circulación al balón.
Esa característica llevó al juego a márgenes burocráticos, porque las ocasiones de gol si bien empezaron a aparecer en los últimos 20 minutos de esta fracción, pero los atacantes Fierro.
Jugadores fundamentales -en otras jornadas- no aparecían, entre ellos Saavedra, Callejón y atisbos de Capdevilla.
El juego esquematizado de Nacional, surtía efecto.
En el complemento, hubo de comienzo mayor aceleración y producto de ello , por mano en área grande tras un disparo de Callejón, llegó el desnivel con Arce.
La visita que hizo cambios con hombres más frescos se animó a buscar el resquicio para sorprender, y fue justamente con el contragolpe y ante un desajuste en defensa de Bolívar, que Borja pone paridad a la contienda.
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