Nadie discute la legitimidad del triunfo celeste, hasta el técnico visitante valoró la faena del local, porque la manera como hizo sentir su condición de anfitrión, jugando con velocidad y orden, y lo que es más importante haciendo sentir el rigor de sus viajes ofensivos en la valla de enfrente, es lo que lo hizo distinto con relación al choque de ida en suelo trasandino, donde había encajado una derrota por 2-0.
Para quienes asistieron a la programación de ayer en el Siles, si bien es cierto que queda en la planilla y en la retina de la afición bolivarista el score, no es menos cierto que cuando la crítica es constructiva, debe ser valorada en su justa dimensión y no ser considerada desdeñable, porque el fin es que se acorte el espacio concedido a las deficiencias, y se agranden opuestamente los aciertos, porque es la única vía para crecer en una competencia como esta edición de la Sudamericana.
LOS GOLES
La primera explosión en el estadio miraflorino se registró con una jugada profunda, al vacío, para la entrada de Fierro que tuvo la frialdad para conectar un disparo ante la salida del jugado Cristhian Muñoz (4’ PT).
La segunda cifra surgió de la sociedad Capdevilla que manda un balón profundo para la corrida por izquierda de Callejón, quién levanta un centro quirúrgico y Cellerino la manda a dormir con disparo alto (9’ PT).
El tercer tanto, llegó tras una jugada rápida y ante una deficiente marca, Fierro por ese olfato goleador que tiene, la empujó ante la nula reacción del arquero visitante (41’ ST).
EL PARTIDO
El primer tiempo ha sido un monólogo, Bolívar le ocultó el balón a la visita, y bien pudo ser más amplia la ventaja, porque desperdiciaron Callejón, Cabrera , Fierro y Saavedra sendas oportunidades.
La visita ajustó líneas en segundo tiempo, y Pacheco (10’ ST) y Conte (19’ ST) con cabezazo arrancó frío en las huestes del celeste. Fueron sendas ocasiones que la visita desperdició.
Genaro Orellana
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